La respuesta corta es: NO. Pero vamos más allá.
Cuando usted acuda a un servicio público como salud, educación, justicia, entre otros, y piense que todo eso es GRATIS, parte de un error, sepa que gran parte de estos servicios y subsidios provienen de la recaudación de tributos.
Las administraciones tributarias de cada país funcionan como tesoreros, estas recaudan los tributos que son pagados por la ciudadanía y los entrega al gobierno para que los administre a través del presupuesto general del Estado, como ocurre con los impuestos, por ejemplo, en la asignación para la prestación servicios públicos o para financiar la infraestructura del Estado. Ahora, que se haga un adecuado y buen uso de esta colecta es otra historia, pero el fin de estos aportes siempre debería ser destinado a mejora del país.
Ahora bien, una vez que conocemos el destino que deben tener los impuestos, entonces se podrá deducir la razón por la cual todos los residentes de un país están obligados a pagarlos y la conclusión es que, además de que podemos hacer uso de estos bienes o servicios, somos parte del desarrollo y sostenimiento del Estado. Por ello es que, cuanto más servicios públicos requieran ser financiados, mayor será la presión que ejercerá el gobierno para cobrarlos.
Siendo así, ¿por qué nos cuesta tanto pagarlos? Según estudios, mencionan que uno de los problemas de Latinoamérica es la carencia del llamado “tax morale”, es decir carecemos de cultura y ética tributaria, lo que se traduce al desconocimiento de cómo y cuándo tributar. Otro factor también sería la animadversión hacia la administración tributaria, pues se percibe como inequitativa, por los beneficios que brinda a grandes empresas con las amnistías tributarias y, finalmente, la más importante, la CORRUPCIÓN, pues la ciudadanía tiene demasiada desconfianza con respecto al destino y buena administración de los tributos.
No obstante, y a pesar de que nos guste o no, debemos pagar impuestos y la misión de verificar esta obligación la tienen las administraciones tributarias de cada país. En otras palabras, si usted debe al fisco, lo más probable es que las entidades tributarias realicen todas las acciones legalmente posibles para cobrarle, podrán iniciar procedimientos para auditar distintos impuestos, emitir respuestas a sus reclamos y peticiones, en su favor o en contra, y hasta imponer sanciones que incluso puedan restringir ciertos derechos. Claro, a través de normas administrativas y judiciales específicas para el efecto.
Pero estas instituciones no solamente tendrán las atribuciones ya mencionadas, sus gestiones van más allá de verificar si pagó impuestos o no y es allí cuando podría complicarse el panorama. Es verdad que el fin principal de las administraciones tributarias es la recaudación, sin embargo, también tendrán la facultad de verificar una buena “conducta tributaria”, es decir, que las actuaciones tributarias de los contribuyentes gocen de fidelidad, legitimidad y veracidad; dicho de otra manera, deberán revisar que el fisco no sea engañado a través de maniobras para dejar de pagar impuestos, o que lo puedan inducir a un error que perjudique el buen desenvolvimiento de estas entidades, ya que de establecer estos hechos se presumiría la comisión de un DELITO TRIBUTARIO, pero esto es otro tema de discusión.
Centrándonos en la pregunta inicial. Si usted no paga impuestos, esta actuación por sí misma no será un delito, pero si engaña al Fisco podría ser denunciado y hasta sancionado por un delito tributario.
Mtra. Daniela Escobar Beltrán
Abogada penalista. Especialisata en Delitos Tributarios. Miembro editorial de Sano Juicio, Revista Jurídica Digital y socia de Escobar Villegas Yépez & Abogados.
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