El indicio es uno de los elementos de mayor relevancia en la investigación de delitos; sin embargo, no se le ha dado el cuidado que este exige, a pesar de que los primeros respondientes, se supone, son conocedores de la metodología que deben aplicar al llegar al lugar donde se presume se ha cometido un delito. Se entiende que cuentan con la pericia y con el conocimiento sobre cómo abordar los indicios, así como todo el lugar de investigación, pero como hemos venido comprobando al tener contacto con las carpetas de investigación, podemos asegurar que existe un sinfín de inconsistencias en la mayoría de diligencias realizadas; y en muchas ocasiones desde el primer respondiente, el INDICIO queda en un estado de vulnerabilidad y así de manera concatenada, este transita por manos de peritos, policías de investigación, Ministerios Públicos, y si corre con suerte, es probable que llegue a una audiencia de juicio.
Ahora bien; ¿Qué es el INDICIO? Basándonos en el Acuerdo A/009/2015, por la Procuraduría General de la República, el indicio es: El término genérico empleado para referirse a huellas, vestigios, señales, localizados, descubiertos o aportados que pudieran o no estar relacionados con un hecho probablemente delictivo y, en su caso, constituirse en un elemento material probatorio.[1]
En consecuencia, si los vestigios no son preservados correctamente, como resultado tendremos un rezago de investigaciones inconclusas y en el peor de los casos, culpables fabricados y personas privadas de su libertad, como consecuencia de una mala praxis. Se debe agregar que no solo de primeros respondientes, sino de todos los servidores públicos que intervienen en este Registro de Cadena de Custodia, puesto que los indicios son fundamentales en la integración de las carpetas de investigación.
De manera que, ¿Cómo podemos tener certeza de que estos vestigios no han sido alterados o contaminados?, una vez que han pasado de mano en mano de servidores públicos, que en el afán de “cuidarse entre ellos” y ocultar las inconsistencias, se prestan a alterar indicios, cambiar cadenas de custodia entre otros actos que van en contra del compromiso y profesionalismo que se supone debían tener para llegar a los puestos que ejercen.
Lo anterior debido a que nuestro país aún no cuenta con un registro digital o algún medio electrónico donde quede fijado y plasmado el indicio. Dicho de otro modo, el registro de cadena de custodia es llenado de forma manual, en cualquier momento se le puede cambiar la etiqueta, abrirlo, modificar fecha, hora o cualquier otra información, perdiendo el principio de mismidad.
En virtud de lo citado, a nadie nos consta que los vestigios que se queden a cargo de las autoridades correspondientes, sean los mismos que fueron entregados en un primer momento que al concluir la investigación donde son participes, si las Fiscalías contaran con sistemas operativos que nos garanticen la inviolabilidad de los indicios, o por lo menos sellos inviolables o etiquetas inalterables, se apostaría por una adecuada impartición de justicia. Así mismo, se tendría una mayor certeza y veracidad de las investigaciones; de manera que la población depositaria toda su confianza en quienes estén a cargo de la impartición de justicia.
En tanto no se tenga un registro en un sistema operativo, o base de datos que sea inalterable, donde contemos con la completa seguridad de que no hay forma de alterar los vestigios, y que tengamos la tranquilidad de que estos llegaran intactos a una sala de juicio, seguiremos en inseguridad jurídica y desconfianza que nuestras autoridades han aportado a incontables injusticias e ineficientes investigaciones.
Hay que mencionar además que las deficiencias no solo se ven reflejadas en oficios mal llamados “machotes”, sino también en los pocos valores y profesionalismo del personal de las Fiscalías, que han caído en la pereza y costumbre de ejecutar de la peor forma posible el puesto que les fue conferido. Una vez que se realicen auditorías reales y hasta que se instruya al personal, tal vez avanzaremos a una impartición de justicia acorde con las necesidades de nuestro país, que si bien autoridades no han querido reconocer que son rebasadas por la criminalidad; también es cierto que, nos encontramos en un estado de vulnerabilidad, y asegurando que cualquiera que haya tenido contacto con alguna Fiscalía, podrá estar de acuerdo en que su esmero y compromiso es muy deficiente.
Dicho lo anterior, si seguimos en la incertidumbre de no darle la debida importancia al indicio, no avanzaremos en una adecuada impartición de justicia, así como tampoco en investigaciones de excelencia y de resultados que cumplan expectativas del gobernado.
A pesar de que la Ciudad de México cuenta con las Unidades de Criminalística de proximidad, (UCP), creadas con la finalidad de atender homicidios dolosos en dicha entidad, en estos delitos cobran relevancia los indicios, pues los integrantes de la trilogía de esta investigación no han sido suficientes ni eficientes para el esclarecimiento de muchas investigaciones, de manera que seguimos en la problemática de que las cadenas de custodia no son llevadas a cabo de forma adecuada.
Seguimos a la espera de que Fiscalías cuenten con herramientas tecnológicas necesarias para preservar y mantener en estado intacto a todos y cada uno los indicios que forman parte de sus carpetas de investigación.
Gracias por tomarte el tiempo de leer las anteriores líneas.
Yesenia Macías Herrera. Lic. en Criminalística.
[1] https://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5381699&fecha=12/02/2015#gsc.tab=0
