Luis Miguel Dena
Algunos la califican como bendita, porque cuando eres ignorante de algo, no te lastima, en el sentido emocional, funciona hasta que la verdad o la realidad se imponen y siempre se imponen. Por ello en el ciberespacio y la ciberseguridad no aplica, la ausencia de conocimiento supone ignorancia, pero hay un nivel mucho más profundo, la ausencia de si quiera la intención de aprender, la ausencia de consciencia, porque esto no me toca, a mi no me pasará, estos solo les pasan a los ricos, es mentira, hasta que el rumor de la verdad, que es una verdad distorsionada nos golpea.
Recientemente 2020-2022, se han incrementado las conferencias, entrevistas, cursos, seminarios, webinars, webex, zoom´s, teams, y todas las herramientas de comunicación que la tecnología y el internet ponen a nuestra disposición, sin embargo, sigue deficiente nuestra comunicación, porque por muchos esfuerzos que hagamos para generar consciencia de los graves riesgos en materia de ciberseguridad en el ciberespacio, no importa si son del ámbito de nuestra seguridad nacional (ciberataques) y Seguridad Pública (Ciberdelitos) Economía, Sociedad o individualmente, los ciber terroristas, cibercriminales, ciber atacantes, ciberdelincuentes y curiosos de esta ola de pandemia digital, siguen evolucionando y los ataques son más frecuentes, más dañinos y de mayor impacto económico y geopolítico.
Desde 1999 recuerdo que se discutió al interior del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, CISEN, la definición no solo conceptual sino operativa de una Policía Federal, algunos buscábamos una Policía Nacional, modelos diversos pero con un solo propósito, preservar la armonía de la convivencia social en nuestro territorio nacional, ya había claros retos en materia de seguridad pública que definían un capítulo de la Agenda Institucional de Riesgos para la Seguridad Nacional, hoy 2022, la agenda esta impactada por el tema de seguridad pública.
Hasta 2005, el esfuerzo gubernamental parecía tener sólidas bases para crear una acción coordinada y contundente de un tema que nos preocupaba menos, como Coordinador General de Inteligencia para la Prevención de la Policía Federal Preventiva (2006), comenzamos a percibir la necesidad de profesionalizar y especializar a una policía cibernética, pero todavía nuestro ángulo de visión correspondía a prevenir los delitos cibernéticos y consolidar el nacimiento de policías cibernéticas en el país, la parte estratégica la atendieron la academia, el sector financiero y las cámaras empresariales como CANAETI, COPARMEX, Centro Coordinador Empresarial, y algunas asociaciones insignias como ALASPI, Asociación Mexicana de Internet, que colaboraron para fortalecer una Estrategia Nacional de Ciberseguridad que nace en el 2017.
El cambio de gobierno federal 2018 y lamentablemente una pandemia 2020-2022 modificó sustantivamente nuestra vida, el mundo virtual frente a una pandemia de salud, se volvió nuestro mundo y surgió la pandemia digital y en consecuencia la necesidad de enfrentarla, CISCO desde tiempo atrás comenzó a formalizar experiencias de aprendizaje a través de su academia virtual, Grupo ALFA, Grupo Ángeles, comenzaron a forjar una cultura de ciberseguridad que se arraigará en todo su personal, y AMESP Asociación Mexicana de Empresas de Seguridad Privada A.C., formalizó su Comisión de Ciberseguridad, para atender esta pandemia digital conjuntamente con una Guardia Nacional a cargo del General Luis Rodríguez Bucio, con quien personalmente coincidí en los años 90 en el CISEN y quien nos otorgó un lugar en la mesa de prevención para fortalecer la comunicación de estos graves riesgos a las familias mexicanas, a las empresas pequeñas, medianas y grandes de nuestra geografía nacional.
Como dije al inicio, ignorancia que no protege versus inteligencia que protege, Cyber Black y su marca BlackIND, en estrecha vinculación con AMESP, han desarrollado largas jornadas con expertos en ciberseguridad, para hacernos conscientes de los peligros del ciberespacio, se han invertido horas, talento, comunicación y sobre todo, salir a concientizar con un simple mensaje “enfrentemos juntos la pandemia digital”, porque este reto social que no desvirtúa la valiosa evolución de todas las tecnologías y herramientas, conocidas o en desarrollo por la humanidad, requiere de todos nosotros, sin distingo de partidos, colores, ideologías, características físicas, profesiones, género, geografía o historia personal, si todos hacemos y generamos consciencia con una comunicación efectiva no de alarma pero si de alerta, podremos reducir la compleja evolución de las amenazas cibernéticas.
Por ello, agradezco a CISCO que en su evento #CiscoConnectLatAM me permitió hablar con empresarios del sector tecnológico de la necesidad de una educación digital y a Grupo Angeles, particular mención la Sociedad Médica de Ciudad Juárez a cargo del Dr. Aldo Fornelli, presidente de ésta sociedad y que cumple 15 años de esfuerzo en distintas jornadas como “Adolescencia” para y por su comunidad, frente a las familias chihuahuenses expresé ideas, estadísticas, anécdotas y como protegernos de estos delitos cibernéticos que asolan a nuestra sociedad y que impactan a todos con especial énfasis a nuestros menores que hoy pasan mucho más tiempo en el ciberespacio y en donde no podemos acompañarlos físicamente siempre, pero si construir consciencia para buscar conocimiento, herramientas adecuadas para prevenir y proteger lo más valioso.
Finalmente, gracias al Dr. Gabriel Regino, por despertar el valioso interés desde la perspectiva jurídica del estado de derecho en el ciberespacio, para atraer mayor conocimiento al respetado sector de la abogacía en México, para dilucidar el camino de la Ley General de Ciberseguridad, que a través de la estrategia nacional, nos permita jurídicamente conocer el debido manejo de la evidencia digital, el profesional ejercicio de la asistencia pericial cuando se suscita un incidente cibernético y hoy en disputa profesional y política y lograr juntos que la justicia ocupe no solo un papel de observador, sino fundamentalmente de promotor del equilibrio para generar la armonía de dar a cada quien lo que merece.