*La ministra Ríos Farjat mandó un mensaje interno en el que pide calma. Trabajadores del máximo tribunal se cuestionan que acciones tomar y algunos piensan en salidas anticipadas; entre jueces y magistrados hay escepticismo de que ellos vayan a perder su trabajo. Crecen dudas sobre liderazgo de Norma Piña.
Por: Arturo Ángel
La reforma judicial propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que plantea un cambio estructural en el sistema de impartición de justicia y el posible reemplazo no solo de ministros sino de todos los magistrados y jueces del país, domina el ambiente de trabajo en múltiples áreas del Poder Judicial Federal. Nadie ha detenido sus labores, y no hay marchas ni protestas en las calles. Pero en los pasillos, chats y conversaciones de sobremesa hay todo menos indiferencia.
Las reacciones no son iguales. Hay enojo, pero también escepticismo; algunos están preocupados, otros tensos y hay quienes ya hacen cuentas y piensan qué hacer si pierden su trabajo. Incluso hay opiniones divididas sobre quiénes son los responsables de la “crisis”. Todos parecen estar convencidos en que algo va a cambiar; la diferencia radica en qué tanto piensan que les va a afectar.
Apenas ayer la presidenta de la Corte, Norma Piña, envió un inédito mensaje a los trabajadores en el que les pide unidad y asegura que se defenderán sus derechos. Reconoció que hay incertidumbre. Días antes la ministra Margarita Ríos Farjat había hecho lo propio a través de un texto enviado a juzgadores y funcionarios vía whatsapp.
La iniciativa enviada el pasado 5 de febrero por el presidente Andrés Manuel López Obrador al Congreso plantea no solo una reorganización de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y la desaparición y transformación de la Consejo de la Judicatura Federal (CJF). También propone que los más de 1 mil 600 jueces y magistrados federales sean elegidos por voto popular. Y que lo mismo suceda con los jueces locales en todo los estados.
Los jueces y magistrados que están hoy en su cargo serían reemplazados por los elegidos, según la iniciativa que será analizada en los siguientes meses. No se detalla en esa reforma como será el procedimiento laboral para liquidarlos ni se plantean recursos extraordinarios para ello.
A partir de ese contexto este medio habló con funcionarios de diversas áreas y niveles del Poder Judicial para conocer como están viviendo este proceso. A ello se suman comentarios que los propios jueces, trabajadores y magistrados han expuesto en redes.
Jubilaciones, enojo e incertidumbre
Dos funcionarias que forman parte de las ponencias de la ministra Yasmín Esquivel y del ministro Albero Pérez Dayan, cuyo nombre se reserva pues no están autorizadas para dar declaraciones, explican que en los pasillos y oficinas de la SCJN predomina el enojo y la incertidumbre.
“Ese lunes regresando de las elecciones del 2 de junio todo el ambiente fue de total tensión. Los silencios se han hecho más notorios y la incertidumbre se palpa. Entre las ponencias (equipos de trabajo de los ministros) hay enojo y preocupación. Los secretarios, por ejemplo, que son los de más trayectoria, piensa que debieron haberse jubilado antes pues ahora sus derechos están en riesgo,” dice una de la funcionarias.
El tema ha derivado en reclamos dentro del mismo poder judicial y posturas encontradas, incluso en una misma ponencia. Por un lado, hay los que piensan que la ministra Presidenta Norma Lucía Piña Hernández ha hecho bien en defender la independencia judicial, pero otros están molestos y consideran que sus decisiones han contribuido a que “el golpeteo sea más fuerte”.
La incertidumbre crece por los comentarios de trabajadores sobre la decisión que ya estarían preparando varios ministros. Por ejemplo, tres fuentes distintas de la Corte y el CJF señalaron a este medio que el ministro Juan Alcántara Carrancá podría dejar su puesto antes que concluya el año. Y las mismas fuentes que el ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena analiza esa opción.
En los chats de los funcionarios judiciales, no solo de la Corte sino también del Consejo de la Judicatura, hay enojo porque consideran que se les está dejando solos y que no existe una defensa adecuada del Plan C del presidente.
“¿Por qué los ministros no hacen más por informar a la gente de nuestro trabajo? No piden réplica y ya nos acabaron. Prácticamente estamos todos esperando la guillotina y no se vale salir como si fuéramos delincuentes” dice uno de los mensajes recibido por Patricia, una funcionaria.
Como este circulan decenas de mensajes entre los servidores públicos del Poder Judicial donde se exponen inquietudes, miedos, cuestionamientos. Hay grupos en whatsapp donde se comparten entrevistas que han dado jueces, u opiniones que abogados y juristas dan en Tik Tok. Otros ya hablan de estrategias como ir ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
El 17 de junio circuló entre los chats de los funcionarios un comunicado del Colegio de Secretarios y Actuarios de la Judicatura Federal AC donde se asegura que la reforma propuesta afecta la autonomía judicial y pone en riesgo la estabilidad laboral de más de 50 mil servidores públicos, por lo que se invita a todos a participar en un colectivo llamado “Justicia Independiente”, previo llenado de un cuestionario para verificar que la persona interesada si es trabajador judicial.
Hay quienes intentan poner paños fríos. La ministra Margarita Ríos Farjat transmitió un mensaje de texto a jueces federales y trabajadores de la Judicatura donde los invita a mantener la templanza en su labor y a crecerse en esta coyuntura. “No hay momento en que mis compañeros y yo no los tengamos presentes” les aseguró.
El mensaje, confirmado a este medio por el equipo de la ministra, tranquilizó a varios juzgadores que lo recibieron y lo vieron como el único gesto desde el máximo tribunal ante la incertidumbre. Ello hasta que la presión siguió en ascenso incluso con amagos de paros lo que motivó el mensaje enviado por la ministra Piña el día de ayer.
“Se percibe mucha incertidumbre y temor por lo que viene. La Corte es un espacio en el que hay un porcentaje importante de personal operativo que lleva años colaborando y que tenían un proyecto de jubilación que ahora ven perdido. Hay mucha tristeza en el ambiente. Algunos ya hablan de poner algún negocio o que hacer después de que esto se acabe” dice otra de las funcionarias entrevistadas.
Jueces y magistrados: escepticismo ante la crisis
Fuera del edifico de la Corte, en las trincheras de los jueces y magistrados federales en la capital y en los estados, también hay coincidencia de que se atraviesa un crisis, aunque en algunos predomina el cálculo antes que el pánico.
Eduardo Alberto Osorio Rosado, desde hace ocho años juez federal en materia penal, y quien labora como juez de control Centro de Justicia Penal Federal en Querétaro, dice en entrevista con este medio que él y varios de sus colegas ven con escepticismo una eventual pérdida de su empleo.
“Me parece inminente que habrá una reforma judicial y cambios en la Corte y el Consejo de la Judicatura, pero no me parece viable que nos sustituyan a todos jueces. Estamos hablando que somos más de mil 500 jueces federales. Me parece que sería catastrófico no solo para nosotros sino para el sistema democrático y hasta económico”, señala el juez.
El juzgador reconoce que hay enojo entre él y trabajadores de su juzgado por lo que consideran es un trato injusto de parte del gobierno. Acusan que se les ha cargado una responsabilidad inadecuada por el mal funcionamiento de ciertas políticas públicas, y se ha cuestionado sin fundamento la trayectoria que la mayoría ha seguido para llegar a su puesto.
Narra que él, por ejemplo, presentó en dos ocasiones un examen para pasar el filtro inicial y postular a una plaza de juez y no lo logró. La historia cambió en un tercer intento, pero tras esa fase siguió el concurso de oposición consistente en una etapa escrita, con la elaboración de dos proyectos, y una prueba oral con tres sinodales.
“Yo concursé por un grupo de 25 plazas y fuimos más de mil. Es un proceso muy duro. Y recientemente hice una primera prueba para ser magistrado y no superé el filtro en esta ocasión. Son procesos que llevan años de intento y estudio. Son anhelos de vida. No somos una élite sino personas de carne y hueso que se esfuerzan”, señala.
Tras una comida con dos de sus colegas en donde la charla sobre el “El Plan C” fue inevitable, un magistrado federal del Primer Circuito (Ciudad de México), que pidió reserva con su nombre, dijo a este medio que en los tribunales federales de la capital hay conciencia de que se atraviesa la “peor crisis” que ha enfrentado el Poder Judicial de la Federación en las últimas tres décadas, pero frente a ello mantienen la calma.
Esa tranquilidad, explica, viene de la coincidencia con el juez Osorio sobre la imposibilidad de sustituir a todos los jueces por una elección, pero por una razón pragmática: consideran imposible la realización de una elección como la plantada tan solo por la cantidad de candidatos que habría que postular para sustituir a todos los juzgados de distrito.
El magistrado dice que la gestión de la ministra presidenta de la Corte, Norma Piña, no ha sido políticamente hábil para poder sortear los ataques lo que ha agravado la crisis. En ese sentido dan por hecho que donde sí habrá cambios es en el CJF y la SCJN.
Por su parte la magistrada federal Paula García Villegas Sánchez Cordero posteó en sus redes sociales que hay que tener “madurez” ante la necesidad de una reforma, y que lo importante es “suma y no restar”. Pero lo hizo después de eliminar un video en el consideraba como un “golpe de Estado” la salida de golpe de más de 1 mil 600 trabajadores.
Como en el Titanic
En lo que los magistrados, jueces y trabajadores consultados por este medio coinciden es que la opción de un paro o detener su trabajo en el Poder Judicial Federal está fuera de discusión. Por el contrario, consideran que el mejor ejemplo es no detenerse.
“Yo y aquí sí creo que hablo por todos mis compañeros con los que he platicado, seguiremos hasta el último minuto y comprometidos con esta labor de compartir justicia. Lo haremos mientras se nos requiera y después seguramente igual aunque sea en otras trincheras”, dice el juez Osorio Rosado.
Lo mismo señala una de las funcionarias de la Corte; la mejor legitimación que tienen es su propia experiencia, preparación y trabajo, aun cuando predomine la sensación de desánimo y de falta de información de parte de los superiores.
“Todos estamos yendo a trabajar pues a ojos cerrados. De mis allegados y compañeros de ponencia todos hemos llegado a la conclusión de que estamos como los músicos del Titanic: tocando hasta el final y queriéndolo hacer de la mejor forma”, dice la funcionaria.
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