Por Alicia Contreras Valquiria
¿Alguna vez te has puesto a dudar cuando lees sobre alguna noticia criminal, cuando te llega un asunto o sabes de algún delito?, ¿será cierto lo que se dice del probable responsable o. . será mentira?
Al momento que inicias tu carrera nadie te dice que debes ser objetivo, eso se va comprendiendo conforme a la experiencia que se tenga en asuntos que te han estado llegando, es decir, a mí nadie me habló sobre ser objetiva, es común que se tenga el error de creer a la primera versión que te llega.
La objetividad refiere a la imparcialidad que exige actuar atendiendo a criterios objetivos, es decir, relacionados con el objeto sometido a consideración y nunca con los sujetos interesados ni con el sentir personal de quien actúa.
Nosotros como abogados, necesitamos contar con esa objetividad cuando nos llega algún asunto, apoyándonos en datos y situaciones reales que nos despojan de los prejuicios y también que nos aparta de intereses para así enfocarnos en los hechos y conductas.
De no ser así, ¿se imaginan el problema que se haría? O si nosotros como defensores comenzamos a tener sentimientos de por medio en algún caso, de ser así, no se llevaría a cabo una buena estrategia. Sólo imaginen: se hizo todo un proceso para llegar a la verdad, y al final te tumban el caso solo por no haber contado con esa objetividad en un principio y no atender los hechos que se suscitaron.
Desde ahí es motivo para que los abogados a la próxima cuenten con esta misma.
Es bien sabido que es muy fácil juzgar a la primera, al igual que tomar decisiones sin tener el trasfondo de ello; pero cuando eres defensor o alguna autoridad, se requiere de esta objetividad porque no es un trabajo fácil, no es solo opinar es conocer ambas posiciones y relatos, es llegar a la verdad y a la justicia.