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Como se ven los Centros de Justicia Penal

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El día de hoy ocupo este espacio para reflexionar sobre ciertos aspectos que el Estado debería cuidar como responsable de Procurar e Impartir Justicia, y; por ello, vale la pena tratar de visualizar dónde inicia, desde dónde se vislumbra o bosqueja, el rostro de la Justicia.

Algunos habrán escuchado la trillada frase “Para ser, primero hay que parecer” o en su diversa edición “No solo hay que ser, sino parecer”, que; al margen de coincidir con ellas, el punto de aplicación es sobre los Centros de Justicia Penal de cada Estado y Ciudad del País.

¿Realmente parecen lugares donde se puede buscar, encontrar y recibir Justicia?

¿Las instalaciones brindan confianza, seguridad y transparencia?

¿Su personal, irradia o destella ética, profesionalismo, eficiencia y amabilidad?

¿Qué pensaría Usted después de ser víctima de una conducta delictiva, después de haber sido lesionada, robada en sus bienes, o lamentablemente haber perdido un ser querido por actos de la delincuencia, y que tuviera que acudir a su Centro de Justicia Penal, y al llegar viera algo así:

Seguramente nada alentador, y creo que todos coinciden conmigo que la sensación para una víctima del delito no sería alentadora al ver que, en ese lugar, es donde se le procurará e impartirá Justicia.

Ser víctima de un delito es, ya de por sí, una situación que genera infinidad de problemas, sentimientos y trastornos en la vida y en la rutina del individuo. Genera gastos, zozobra, inseguridad, incertidumbre, lo cual desde luego repercute en su núcleo familiar, y en su entorno social y laboral. Las personas que lamentablemente pasan por un evento traumático o dañoso derivado de la delincuencia definitivamente verán cambiadas sus vidas, pero; además, se ven revictimizadas al tener que acudir a ese tipo de instalaciones nada decorosas, sucias, incómodas, que además resultan insuficientes.

Imaginen llegar a un Centro de Justicia Penal que las recibe con un estacionamiento de terracería, desnivelado, lleno de zanjas o pozos, enmontado en algunas zonas, lodoso o inundado en época de lluvia.

Lamentablemente el de la imagen, es el Centro de Justicia Penal de una de las ciudades y destinos turísticos más caros del País, lleno de visitantes extranjeros, con cuantiosos litigios, y que según las autoridades lo edificaron de manera “provisional” al inicio del sistema penal acusatorio en Cabo San Lucas, BCS aproximadamente en el año 2016, y; que después de 5 años de haberse edificado de manera “provisional”, se quedó como definitivo, con nulo crecimiento en infraestructura y personal, aunque los litigios penales cada día son más, lo que además genera lentitud y saturación del Sistema Penal.

Y esto es solo la primera parte, el rostro exterior, al ingresar a las salas de audiencia de oralidad penal, lo que el usuario encontrará son diminutos escritorios y sillas incómodas, mobiliario insuficiente e indigno para el usuario que busca la Justicia.

Ni qué pensar en algo de comodidad para que la víctima se siente junto a su asesor jurídico y algún auxiliar de este, al lado del Fiscal encargado del caso, en un pequeño escritorio donde se deben acomodar todos, además de sus expedientes, cuadernos para notas, leyes, códigos y computadoras. Menos, si se trata de un caso penal complejo donde existen varias víctimas, cada una con su asesor jurídico, varios imputados cada uno con su defensor. Imagen el caos en la Audiencia, simplemente la expectativa contra la realidad en la procuración e impartición de Justicia no tiene punto de comparación en la mente de las víctimas que la añoran.

Para algunos, seguramente esto solo es un tema de imagen, pero va mucho más allá, y tiene que ver con una situación de fondo y de afectación en la psique de las personas, que; para no extendernos más, podemos remitirnos por su aplicación analógica a la Teoría de las Ventanas Rotas.

Un Centro de Justicia Penal debe, en todos los sentidos, ser y parecer el lugar donde las personas encontrarán la Justicia, donde se les atenderá en instalaciones cómodas y dignas. Un Centro de Justicia Penal debe verse impecable, rezumar poder, debe ser imponente, debe ser un inmueble que al delincuente le genere temor de entrar y en el que la víctima se sienta protegida, respaldada y fuerte. Los Centros de Justicia Penal deben ser lugares que realmente representen el Poder del Estado para procurar e impartir justicia, donde no se permite la impunidad.

Sin duda que contar con lugares así, inspirará en cada uno de sus trabajadores el deseo de laborar en esas instalaciones y, que por la importancia de las funciones encomendadas, inspirará la superación de ellos mismos para dar un mejor servicio a los usuarios.

Por eso, hoy con tristeza dedico este espacio para tratar de visualizar las carencias que se tienen en muchos lugares y sitios del País, carencias que impactan en mayor desconfianza de la Sociedad para denunciar los delitos, y por ende en desconfianza del Sistema de Justicia.

Ojalá los responsables de lo anterior se preocuparan por el Rostro de la Justicia, que la cara con la que se recibe a las víctimas de un delito tan solo despertara algo de esperanza, seguridad y tranquilidad, que; ciertamente, es solo una parte y el inicio de todo un arduo proceso para tratar de restaurar las afectaciones sufridas, pues es bien sabido, que hay muchos otros aspectos que también deben mirarse y atenderse para la restauración ¿Pero, qué son, si no iniciamos con buena cara?

Mtro. Leonardo de la Garza

Facebook: Leonardo de la Garza

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