Por Rubén Moya Bocanegra
Todo el mundo está hablando de la caída de las criptomonedas en el mundo, pero ¿Qué pasó exactamente? ¿Qué es FTX TRADING? ¿El jefe de la empresa se llevó la lana? Un esquema fraudulento que incluye criptoactivos y tokens no fungibles, ¿Es perseguible como tipo penal en nuestro país? Si soy mexicano y fui víctima de este fraude global, ¿Puedo presentar algún medio de defensa?
FTX TRADING era, hasta hace un par de semanas, una de las casas de cambio de criptomonedas más grande del mundo; es decir, su propósito era ofrecer a sus clientes un espacio para intercambiar monedas digitales por otras monedas digitales o por dinero tradicional y viceversa. Otra de las grandes del mundo se llama BINANCE; juntas, estas dos casas de cambio procesaban la mayoría de las operaciones realizadas con criptomonedas en el planeta.
¿Qué pasó? En mayo de 2022 hubo una caída mundial que causó la pérdida de 2 billones de dólares en el sector de los criptoactivos, en parte ocasionada por los problemas políticos entre China y Estados Unidos, así como la invasión de Rusia a Ucrania, hecho que llevó al dueño de FTX a ofrecerle una parte de su empresa al dueño de su rival, BINANCE, para rescatarla; sin embargo, en noviembre BINANCE dio marcha atrás y anunció que no concretaría el acuerdo, ocasionando que una avalancha de usuarios de la plataforma entraran en pánico y solicitaran retirar cerca de 6,000 millones de dólares, ocasionando problemas de liquidez en FTX, demostrando que esta última no contaba con suficiente capital para cubrir las solicitudes recibidas (o sea, que muy probablemente, alguien se estaba jineteando la lana…).
El director general de FTX, Sam Bankman-Fried acumulaba una fortuna estimada por FORBES, hasta el día del colapso, de 26,500 millones de dólares y operaba su empresa desde Islas Bahamas, donde vivía en una mansión de 40 millones de dólares con 9 directivos de la casa de criptocambio. El ingeniero de MIT, genio de las matemáticas, el criptomillonario número uno del mundo, al parecer, se estaba gastando mucha más lana de la que su empresa podía respaldar.
Se calcula que al momento de la publicación de este artículo hay alrededor de 1.5 millones de personas en el mundo afectadas por el colapso de FTX TRADING, incluyendo varios empresarios mexicanos; sin embargo, ¿De verdad se puede presentar algún medio de defensa en contra del director general, quien renunció la semana pasada y nadie en el planeta puede encontrar? O cuando menos, ¿En contra de la empresa? ¿Cómo recuperaría un mexicano algo del dinero que invertí en esta casa de cambio digital?
Cabe recalcar que no es la primera vez que los mexicanos somos víctimas de fraudes o colapsos en el mundo de los tokens digitales; en 2018 el seudo empresario Rodrigo Domenzain promovió durante todo el país su criptomoneda AGROCOIN, misma que estaba supuestamente respaldada por parcelas de una hectárea de sembradío de chile habanero en el sur de México. Algunos meses después de iniciar el proyecto, Domenzain decidió “cambiar” el respaldo de su criptomoneda amparándola con las mismas parcelas pero donde ahora supuestamente se cultivaría cannabis; este drama acabó con un fraude cercano a los 400 millones de pesos y Domenzain detenido por la Fiscalía de Quintana Roo.
Sin embargo, con el tema de FTX (empresa valorada entre 28 y 32 mil millones de dólares), si un mexicano sufrió pérdidas graves por el colapso de la segunda casa de intercambio de criptoactivos más grande del mundo, lo conducente es apersonarse en el proceso de bancarrota (o mejor conocido como “CHAPTER 11”) que se está llevando a cabo en una Corte de Quiebras del Estado de Delaware por el abogado experto en quiebras John J. Ray III, quien funge como el nuevo CEO de FTX, y quien tiene cuarenta años de experiencia liquidando empresas dentro de las que se incluye al gigante energético ENRON; o sea, allá sí, pero aquí en México no hay nada que hacer.
A diferencia de lo que ocurrió con AGROCOIN y Domenzain, este fraude y colapso de la criptoindustria no se llevó a cabo en nuestro país y la poca regulación que tenemos en la legislación doméstica, nos impide perseguir este fraude, tan siquiera para cuadrarlo dentro de algún tipo penal.
¿Cuándo estaremos listos en nuestro país para regular las stablecoins? ¿Empezarán los juzgadores penales a involucrarse en los delitos cometidos en el mundo digital? O ¿Seguirán dándole la vuelta? Si fuiste víctima, por favor contáctanos.
Mtro. Rubén Moya Bocanegra
Maestro en derecho fiscal y administrativo de la Facultad de Derecho de la Barra Nacional de Abogados y socio de las áreas fiscal y administrativa de Sabag, Becker & Gerrit Cohen.
LinkedIn: Rubén Moya Bocanegra
Twitter: @rubenmoya41