“Hay mucho influyentismo, mucha corrupción, entonces, consideramos que si se eligen los jueces, como se hace en Estados Unidos y en otros países, puede reformarse el Poder Judicial, limpiarse, purificarse, y esto nos ayudará a todos, no es algo para perjudicar al pueblo, para afectar la vida pública del país.”[1] Es uno de los argumentos principales que se utilizan en las mañaneras de manera constante, por lo cual es necesario hacer unas cuantas reflexiones.
Uno de los principales argumentos para afirmar que existe corrupción en el sistema judicial son los casos en que se deja en libertad a la persona detenida en audiencia inicial, sin embargo, ¿esto es responsabilidad de las y los jueces?, la respuesta, si bien es compleja, debemos traer a colación otras piezas del rompecabezas, las partes del proceso penal.
Cuando se detiene a una persona en flagrancia se deben respetar derechos humanos que lamentablemnte no se salvaguardan desde la intervención del policía, por ello encontramos inifinidad de casos en donde se retardan las puestas a disposición, siembran evidencia e incluso, agreden a la persona detenida ¿cuál es la consecuencia jurídica y lógica ante estos escenarios? Determinar que esa detención es ilegal y dejar en libertad a esa persona ¿quién decide la libertad? La o el juez de control, ¿hubo corrupción? no ¿entonces? Se aplicó lo que tanto se ha venido desarrollado desde el 2011, la protección a derechos humanos, protección de la cual gozamos todas y todos.
Ahora, cuando la detención fue correcta pero el Ministerio Público no logró acreditar que los hechos sucedieron en el día, la hora o el lugar que había referido ante la existencia de videos que desvirtuan su narrativa, ¿cuál es la consecuencia? Dejar en libertad a la persona, ¿hubo corrupción? No, entonces ¿qué pasó? La juez o juez de control resolvió con la información que tenía a su alcance, información que brindaron los partes (MP y defensa) en la audiencia.
Es cierto que existirán casos en que la decisión no fue la correcta, sin embargo, por ello existen recursos y vías en que se puede alegar ello para proteger los derechos de las partes, al final, no vivimos en una utopía.
Con esta primer reflexión quiero incitar a la discusión de una manera integral, el sistema de justicia penal todos los operadores jurídicos tenemos responsabilidad y para mejorar el sistema, hace falta capacitación constante, capacitación que permitiría generar debates puntuales e incluso, brindaría herramientas a nuestros juzgadores para una mejor decisión.
Corrupción e influyentismo siempre ha existido en nuestra historia, basta hacer un recorrido por los gobiernos e inclusive el actual para entender que las operaciones vienen desde arriba por intereses -incluso- políticos y ¿eso no es corrupción? Según los código penales, si.
¿Hay corrupción en Estados Unidos? Por supuesto y lo afirmo desde el punto de vista en que se afirma hoy en día que en México hay corrupción, pues pocas han sido las sentencias en contra de servidores públicos en que se haya podido acreditar dichas circunstancias, sin embargo, basta leer el caso de Clarence Thomas para comprender que lo que sucede aquí en México, sucede en todos lados. No por ello considero que es aceptable, sin embargo, si creo que el argumento que se utiliza por parte del Ejecutivo guía de manera incorrecta a la población.
Por ahí veíamos un tweet, ahora “x” por parte de Sabina Berman que indicaba los altos costos de un amparo y que por ello se torna imposible acceder a ellos, afirmaciones sin sustento y sobre todo que no toman en cuenta la gran labor que hacen las defensorías públicas y las asesorías públicas, al final, la justicia es gratuita y si esto es un problema, la reforma judicial no es la respuesta.
[1] El País. (19 de junio de 2024). López Obrador endurece su postura sobre la reforma judicial: “la gente quiere elegir a los jueces. Está fuera de discusión”. https://elpais.com/mexico/2024-06-19/lopez-obrador-endurece-su-postura-sobre-la-reforma-judicial-la-gente-quiere-elegir-a-los-jueces-esta-fuera-de-discusion.html