Por: Redacción
En los últimos tres años las movilizaciones de protesta de integrantes de las fuerzas policiales han aumentado. Los bajos salarios, las jornadas laborales abusivas hasta de 30 días seguidos descanso, y el creciente riesgo de ser asesinados por ataques del crimen organizado han detonado que sean los policías quienes tomen las calles o paren labores en reclamo de mejores condiciones de trabajo.
Así lo revela un reporte de la organización Causa en Común, que se presenta un contexto general de las condiciones en que operan las corporaciones de seguridad civil del país. La conclusión es que, aun cuando se ha diseñado un Modelo Nacional de Policía Cívica que diagnostica bien las carencias, en los hechos este no se aplica y persisten las mismas fallas estructurales e incluso se incrementan.
De acuerdo con dicho estudio, durante el 2022 se registraron 117 movilizaciones de protesta de policías en todo el país, que representan un incremento del 56 por ciento en comparación con las 75 movilizaciones que se registraron en 2021, y un alza del 82 por ciento respecto a las 64 manifestaciones policiales registradas en 2020.
Es decir, se trata de un incremento por segundo año consecutivo de las manifestaciones y protestas de integrantes de fuerzas de seguridad.
De las 117 movilizaciones de protesta registradas el año pasado, el informe detalla que 70 fueron manifestaciones y marchas; 32 fueron paros de labores; y 15 fueron anuncios de emplazamiento a paros.
En suma, durante los primeros tres años del actual sexenio el reporte identifica un total de 331 manifestaciones de protesta de integrantes de las fuerzas de seguridad en el país, aunque hay diferencias significativas por estado.
Por ejemplo, Sinaloa es la entidad federativa que registra un mayor número de protestas de policías en este periodo con un total de 29, mientras que Yucatán es la que menos con apenas una protesta, seguida de Querétaro con solo dos.
Luego de Sinaloa el estado que ha registrado un mayor número de protestas de sus distintas corporaciones policiales es Guerrero con un total de 27, seguido de Oaxaca con 26. Después se ubica la Ciudad de México con 22 protestas de policías capitalinos en los últimos tres años, cifra similar a la de Puebla que ha acumulado 21 manifestaciones de sus fuerzas de seguridad.
Un monstruo de varias cabezas
De acuerdo con el informe de Causa en Común, los motivos detrás de la mayoría de las protestas de los policías en México pasan por las condiciones laborales en las que tienen que seguir desempeñándose, que comprenden bajos salarios, condiciones abusivas de trabajo y falta de equipamiento.
“Las principales motivaciones de las policías que realizan un paro están relacionadas con la exigencia de una mejora en sus prestaciones laborales y denuncias por el incumplimiento de prestaciones. Algunas de las demandas específicas que presentan son: aumento salarial, entrega de equipo y uniformes, seguros de vida, respeto a los horarios de trabajo, ayuda alimenticia, pago de bonos, aguinaldos y vacaciones, apoyos para la jubilación y ayuda económica para familiares de policías caídos en el cumplimiento de su deber”, indica el documento.
Las protestas de los policías en cuanto a los bajos salarios tienen sustento. Aunque en 2021 el gobierno a través del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y la Comisión Nacional de Salarios Mínimos establecieron una propuesta de “salario digno para policías” que fuera de, por lo menos, 13 mil 639 pesos, en estados como Veracruz los policías siguen percibiendo un sueldo de apenas 8 mil 561 pesos.
La propuesta de incrementar los salarios no tiene respaldo financiero, como el informe destaca. El Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública que se reparte cada año a los estados ha tenido un marginal crecimiento al pasar de 7 mil 673 millones en 2019 a 7 mil 988 millones en 2022. Un incremento que se diluye tan solo por el avance de la inflación.
Peor aún es que, en este sexenio, se eliminó el subsidio que año con año se entregaba a las fuerzas policiales de los 300 municipios con mayores índices de incidencia delictiva, y que ascendía a por lo menos cuatro mil millones de pesos. Aunque en 2023 se autorizaron mil millones para estos municipios, ello ya no representa en este momento ni la cuarta parte de lo que se entregaba antes.
Pero a las carencias económicas se suman jornadas abusivas de trabajo. Ello producto de que en México no existe ninguna ley que regule las jornadas laborales de los cuerpos de seguridad civil de todos los niveles.
Eso permite que, en el 11 por ciento de las corporaciones de seguridad pública del país, por ejemplo, existan modalidades de trabajo de 30 días consecutivos sin descanso. O de 14 días de trabajo antes de contar con una semana de descanso. La modalidad más común, con un 34 por ciento, es la de trabajar 24 horas consecutivas por 24 de descanso.
Una encuesta realizada entre elementos de corporaciones policiales realizada por Causa en Común advierte que el 40 por ciento de los policías consultados reconoce que su salud se ha visto afectada por la forma en que están planteadas sus jornadas de trabajo. Una jornada que deciden los mandos casi siempre discrecionalmente.
“Esta falta de regulación asume que la heterogeneidad del país y las disparidades en necesidades y recursos justifican, en un sentido amplio, una libertad autorregulatoria y, en su interpretación más perniciosa, un espacio para la discrecionalidad y el abuso”, indica el estudio.
Y el riesgo de ser asesinados…
El análisis señala que otra de las razones por las cuales suelen protestar los policías, y que ya ha sido diagnosticada en estudios previos de la misma organización, tiene que ver con la falta de equipos de protección, de chalecos y uniformes, e incluso de armamento funcional y cartuchos. Y también de seguros de vida y de apoyos económicos para familias de policías caídos.
Y es que, en un contexto de la disputa entre grupos del crimen organizado, el riesgo para los policías de perder la vida se incrementa.
El informe de Causa en Común advierte que en lo que va del actual sexenio por lo menos 1 mil 818 policías de todos los niveles han sido asesinados. Se trata, en promedio, de por lo menos un agente de seguridad víctima de un homicidio todos los días. Los datos por año son: 2019 con 446 policías asesinados; 2020 con 524; 2021 con 401; y 2020 con 403.
Del total de policías asesinados hay 995 que son agentes municipales, que en términos generales suelen ser los que perciben menores salarios y son más vulnerables. Luego le siguen los policías estatales con 714 elementos caídos, mientras que entre los agentes federales se han registrado 109 efectivos víctimas de homicidios.
Los estados que concentran la mayor cantidad de policías asesinado son Guanajuato con 262; estado de México y Zacatecas con 133 cada uno; Guerrero y Michoacán con 116 cada uno; Chihuahua con 115; y Veracruz con 114.
“Los policías en México trabajan en condiciones precarias, al tiempo que la violencia extrema se arraiga en todo el país”, señala el informe.
En el apartado de conclusiones el estudio destaca que el Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica, diseñado y aprobado desde 2019, no ha sido adoptado en la mayor parte del país. No se ha traducido en una dignificación de las condiciones de trabajo ni de seguridad para la mayor parte de los agentes. En síntesis: es letra muerta en la mayoría de las corporaciones.
“A pesar de que en el Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica se menciona la dignificación de las condiciones laborales de las corporaciones policiacas, la realidad es que los agentes siguen trabajando turnos de 24 horas o más, con sueldos y prestaciones muy reducidos, con equipos e instalaciones inadecuados, sin capacitación suficiente, y con frecuencia soportando tratos denigrantes al interior de sus corporaciones. Un dato, más que ningún otro, da cuenta de la precariedad de las policías en México: el asesinato de más de un policía al día en promedio, la mayoría de los cuales queda en la impunidad”, concluye el reporte.
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