Es posible que, al pensar en violencia hacia las mujeres, se le relacione (estereotipada y prejuiciosamente) con algún sector social, sin embargo, lo cierto es que ésta puede presentarse a cualquier nivel, que va desde los estratos económica y educativamente menos favorecidos, hasta las encumbradas élites de nuestro país.
A pesar de la preparación académica, de la época disruptiva de grandes cambios en materia de género, de los enormes esfuerzos por modificar y desmitificar los roles de género y las campañas en contra de cualquier tipo de violencia hacia las mujeres, resulta que aún existen espacios en donde estas ideas no han logrado permear.
La existencia de la violencia hacia las mujeres en ciertos ámbitos de nuestro país es algo de lo que poco se habla, empero, ésta se manifiesta desde chistes machistas (en donde algunas mujeres, debido a su jerarquía inferior, deben validar con sus risas y hasta palabras de adulación), en esas miradas lascivas y comentarios que ponen en duda la capacidad o los méritos, como si el mero hecho de ser hombres les diera, per sé, todo un abanico de atributos.
Al utilizar a la interseccionalidad como herramienta del feminismo, nos damos cuenta que muchas mujeres, no obstante haber atravesado a largo de la vida una serie de constantes violencias, que van desde la inseguridad de salir sin el miedo de no volver a casa y entrar en la estadística de desaparecidas o muertas, el acoso callejero o escolar, y quizá violencia intrafamiliar, en fin, es el caso que, a pesar de tener la expectativa de un espacio más sano y seguro al pertenecer a alguna dependencia cuyo personal es letrado y pertenece al pequeño sector privilegiado de este país, es un error absoluto.
“Educación” y “altos vuelos”, “jerarquía” o “trayectoria”, no son sinónimos de respeto, empatía, igualdad o aceptación.
En razón de ello, es que seguimos enfrentando obstáculos persistentes, pero no por mucho tiempo; grandes pasos hemos dado como para no seguir luchando por más.
Cada palabra compartida, cada reflexión generada, nos acerca un poco más a derribar las barreras que nos limitan. Sigamos levantando la voz, caminando juntos hacia un futuro de igualdad y justicia.
Agradezco los minutos que dedicaste a leer estas líneas, nos vemos en la próxima aportación.
Imelda Nathaly González Guevara
Maestra en Derecho, Profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Twitter: @Nathaly51695067
Facebook: Natha González
Instagram: Nath.Cat13