Por Micheli Piucco y Clóvis Gorczevski
La guerra ha sido considerada un ilícito internacional durante años. Nuestra última publicación aborda este tema, determinando cómo la declaración de guerra en el derecho internacional desafía una serie de normas internacionales.
Sin embargo, hablar de la guerra y de las múltiples violaciones a los Derechos Humanos que trae consigo en su estructura requiere también una mirada histórica de este proceso.
Inicialmente, la guerra se abordaba desde las normas derivadas del derecho consuetudinario, las reglas eran esencialmente de carácter humanitario. Son ejemplos las normas que protegen a los heridos y enfermos, médicos, enfermeros y capellanes, hospitales, prisioneros de guerra y población civil.
Sin embargo, la codificación se inicia a través de la Declaración de París de 1956, la Declaración de San Petersburgo de 1868 y entre las principales se destaca la Convención de Ginebra de 1864, que da como resultado la creación del Comité Internacional de la Cruz Roja.
En el mismo sentido, las trece Convenciones de La Haya de 1907 disciplinaron las prácticas bélicas.
Es de destacar que el Pacto de la Sociedad de las Naciones, creado en 1919, también trae la guerra en su texto, dejándola como una segunda opción para los Estados frente a los litigios.
En 1945, con la creación de las Naciones Unidas y la promulgación de la Carta de la Organización, la guerra es considerada un ilícito internacional. Por la ONU incluso la amenaza es considerada ilegal.
Posteriormente, en 1949, se firmaron en Ginebra cuatro Convenciones, que al tratar la guerra como un ilícito internacional, caducan una serie de normas. Tales convenciones tratan de la protección de los heridos y enfermos (guerra terrestre); heridos enfermos y náufragos (guerra naval); tratamiento de los prisioneros de guerra y la protección de los civiles en la guerra.
Se realizaron dos protocolos adicionales, uno sobre conflictos internacionales y otro sobre conflictos internos.
Por lo tanto, analizar el derecho a la guerra en el escenario mundial actual es fundamental. Trabajar con los derechos humanos en el ámbito del derecho internacional público es necesario para determinar la vulneración y los ilícitos que actualmente se están realizando.
La guerra siempre deja huellas de destrucción y ese es el objetivo del derecho internacional y de los derechos humanos: hacer imposible la ruptura del orden internacional y la violación de los derechos humanos.
Micheli Piucco:
Profesora en la Universidad de Passo Fundo. Estudiante de Doctorado en Políticas Públicas. Maestría y Licenciada en Derecho. Tiene Especialización en Relaciones Internacionales. Fue Visitante Profesional de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Correo electrónico: micheli.piuco@hotmail.com.
Clóvis Gorczevski:
Doctor en Derecho por la Universidad de Burgos. Postdoctorado por la Universidad de Sevilla y por la Universidad de La Laguna. Profesor de la Universidad de Santa Cruz do Sul UNISC.
Correo electrónico: clovisg@unisc.br.