El pasado 21 de diciembre de 2024, ocurrió lo que menos deseamos en cualquier sociedad y más concretamente, en unas fechas, que están marcadas por pasar tiempo con los seres que amas. En esta fecha, del viernes, 21 de diciembre en la noche, niños, jóvenes y adultos compartían y disfrutaban de un mercado navideño en la localidad de Magdeburgo (Alemania), cuando de repente un vehículo marca BMW ingresó al recinto de forma violenta y arremetiendo con el vehículo a una alta velocidad contra la multitud.
El autor, Taleb Jawad Al-Abdulmohsen, un hombre de 50 años y de origen saudí, acabó provocando más de 200 heridos, de los cuales, 41 estaban en situación crítica y en los que en esa fecha se cuantificó a 5 fallecidos, en los que se encontraban 4 mujeres adultas y un niño de 9 años. Tristemente, este tipo de noticias tienen un impacto momentáneo y que son corta durabilidad para la sociedad, y más concretamente, cuando no eres una de las personas afectadas (por suerte).
Sin embargo, a pesar de que los datos, son indicativos del daño generado del autor hacia las víctimas y la sociedad, también son tratados como un producto denigrante y que muestra un reflejo del consumo rápido de la noticia, para pasar a la siguiente o al próximo video de gatitos que nos está esperando en nuestra red social favorita. En su día tuve la oportunidad de escribir en este medio, sobre la hiperconectividad y el bombardeo de sobreinformación masiva, pero que acompaña de la polarización social y política. Pero que al fin y al cabo, este dichoso evento no dista mucho de lo sucedido estas navidades.
Sabemos que, en Europa, la alerta por terrorismo no deja de estar presente desde que irrumpió Al Qaeda en el mundo occidental y que ha sido reemplazada por células terroristas del Estado Islámico de Irak y el Levante, que por suerte, tiene menor fuerza en la sociedad actual, no deja de ser un riesgo para la Unión Europea, siendo el Terrorismo una grave amenaza para los Estados miembros. En 2022 se registraron 28 atentados contemplados, fallidos o frustrados. Se culminaron 16 atentados, la mayoría de los cuales se atribuyeron al terrorismo de izquierdas y anarquistas (13), dos al terrorismo yihadista (2) uno al terrorismo de derechas (1).
En cambio, según Europol, en 2023 se cometieron un total de 120 atentados terroristas (98 completados, 9 fallidos y 13 frustrados) en 7 Estados miembros de la UE, lo que supone un aumento en comparación con años anteriores. El mayor número de atentados terroristas fue perpetrado por terroristas separatistas (70, todos ellos completados), seguidos por agentes de izquierdas y anarquistas (32, de los cuales 23 completados). Hubo 14 atentados terroristas yihadistas, de los cuales se consumaron 5. Se frustraron dos atentados terroristas de derechas. Sin embargo, los atentados terroristas yihadistas fueron los más mortíferos, con seis víctimas mortales y doce heridos. Es decir, se observa que los atentados efectuados durante el 2023 son liderados por el etnonacionalismo y separatismo (70), de izquierdas y anarquista (32), yihadismo (14) y otros (1) y sin especificar (1). Lo que contrasta bastante en base a las detenciones, que están lideradas por el yihadismo (334), de derechas (26), etnonacionalista (25), otros (18), de izquierdas y anarquista (14) y sin especificar (9). Lo que indica, que los esfuerzos policiales se los están llevando el yihadismo, las derechas y los etnonacionalismos y separatismo. Más concretamente, cuando los atentados de carácter etnonacionalismo y separatista irrumpió en 2023, cuando en el 2022 y 2021 no tuvo actuación terrorista.
El caso del autor del atentado de en el mercado navideño de Magdeburgo el 21 de diciembre de 2024 y ocasionado por Taleb Jawad Al-Abdulmohsen, muestra que estamos ante una época oscura, que va más allá de las fronteras de los países miembros dentro de la Unión Europea y que por ser de una etnia concreta, vas a ser parte de un conjunto de odio contra un grupo o sociedad en concreto. Cuando se efectuó el atentado en Magdeburgo, hubo un revuelo en que el individuo por ser árabe y procedente de Arabia Saudí, tenía que tener imperativamente una ideología salafista o wahabista. Es decir, que tenía que ser evidentemente yihadista.
Sin embargo, como indica Maldita y el perfil del terrorista, la identificación apresurada de Taleb Jawad Al-Abdulmohsen como yihadista, basada únicamente en su origen árabe y musulmán, refleja un sesgo preocupante en la percepción pública y mediática. A pesar de que las investigaciones preliminares no han encontrado vínculos sólidos entre Al-Abdulmohsen y grupos extremistas islámicos, y de que su perfil en X (antes Twitter) muestra una postura crítica hacia el islam, la narrativa predominante lo asocia automáticamente con el yihadismo. Este fenómeno no solo estigmatiza a comunidades enteras, sino que también desvía la atención de las verdaderas motivaciones detrás de actos violentos, impidiendo un análisis más profundo y preciso de las causas subyacentes.
Lo que si se puede observar es que el autor del atentado terrorista, tal como indica su perfil Twitter (X), es que el ex musulmán, quien pidió años atrás asilo en Alemania y huyendo de Arabia Saudí, mantenía contacto con personas del país árabe, quienes también querían huir de dicho país. En su perfil de X, indica que las autoridades alemanas son los autores de crímenes deliberados contra refugiados saudites. De hecho, en uno de sus post del 13 de agosto de 2024 indica lo siguiente: “les aseguro que si Alemania quiere la guerra, la tendremos. Si Alemania quiere matarnos, los masacraremos, moriremos o iremos a prisión con orgullo. Debido a que hemos agotado todos los medios pacíficos, no hemos encontrado más que más crímenes contra nosotros por parte de la policía, la seguridad del Estado, los fiscales, el poder judicial y el Ministerio (federal) del Interior. La paz no les sirve de nada”.
Del mismo modo, añade lo siguiente: “el objetivo de Alemania ha quedado claro: difundir el Islam en Europa. Atacan a los movimientos políticos críticos del Islam insertando en ellos gente corrupta, incluidos adictos, prostitutas y ladrones, para destruir el movimiento desde dentro. Luego utilizan los medios más sucios contra quienes exponen a los infiltrados. Dado que el movimiento de ex musulmanes sauditas tuvo éxito, comenzaron a conspirar contra él”. Lo que asocia que un número de saudíes que huyen del país están llegando a Alemania y son víctimas del estado alemán. Lo peor de todo, es que un individuo de estas características y que está reflejando la legitimización de la violencia en internet, donde también menciona la ciudad de Magdeburgo, como un lugar donde se están victimizando a mujeres procedentes de Arabia Saudí y que lo relaciona a que hay una red conspirativa y donde la policía no hace nada para solucionarlo.
No obstante, todo indica que el perfil del autor puede estar asociado a problemas de salud mental y que el aislamiento que padecía le pudo llevar a atacar a la sociedad alemana. Sin embargo, también deja una cuestión que a muchos analistas les resulta una gran posibilidad, y es que Taleb Jawad Al-Abdulmohsen hacia uso de la taqqiyyah. La «taqqiyah», un concepto dentro del islam que permite la disimulación en situaciones de persecución o peligro, siendo esta una estrategia empleada por terroristas yihadistas durante estas últimas décadas. No hay que irse tan lejos en el tiempo, como fueron los atentados de Las Ramblas de Barcelona en 2017. En varios videos que grabaron los terroristas, mientras elaboraban el atentado, uno de ellos expone que el compró todos los productos delante de los infieles y que estos, no se dieron cuenta en ningún momento. Sin embargo, en el caso de Al-Abdulmohsen, no existen pruebas concluyentes que respalden esta teoría. Sus publicaciones en redes sociales y su perfil público no muestran signos de un intento deliberado de encubrir actividades extremistas de etiología yihadista. Al contrario, reflejan una postura crítica hacia el islam y un resentimiento dirigido hacia el Estado alemán, lo que apunta a motivaciones más políticas y personales que religiosas contra Alemania. Pero esto no deja de ser una mera interpretación personal hasta que todos los datos estén sobre la mesa.
Asimismo, la tragedia de Magdeburgo también expone fallas en la seguridad física de eventos masivos. La facilidad con la que un vehículo pudo ingresar al recinto y causar estragos destaca la necesidad de medidas preventivas más rigurosas y que agarrándome del ejemplo expuesto en Las Ramblas de Barcelona, una de las vulnerabilidades que detectaron los terroristas fue la ausencia de medidas físicas que protegieran a los peatones. He paseado muchas veces por Las Ramblas y sus calles colindantes como turista, ves la masificación de turistas y vecinos en las calles, pero nunca imaginas que pueda pasar lo peor. Pero lo más peor aún en cuando sucede algo de estas magnitudes, es no aprender de las experiencias sucedidas en países vecinos.
En este caso, barreras físicas adecuadas, controles de acceso mejorados y un análisis más profundo de las amenazas potenciales podrían haber mitigado o incluso evitado el incidente. La ausencia de barreras físicas en el mercado navideño fue un factor determinante que permitió al vehículo del atacante acceder al recinto sin ninguna dificultad. Este tipo de vulnerabilidad es especialmente preocupante en eventos que atraen a grandes multitudes, donde la protección perimetral debe ser una prioridad. Barreras como bolardos de acero, jardineras reforzadas o estructuras similares podrían haber actuado como un impedimento físico efectivo, obligando al atacante a reconsiderar su plan o, al menos, reduciendo significativamente el impacto del ataque. La ausencia de estas medidas subraya una falla en la planificación de seguridad que no puede ser ignorada en futuros eventos.
Como Criminólogo y Analista en Seguridad Física sostengo que no podemos dejar de tener memoria a corto y largo plazo, es decir, ver y detectar todos los riesgos que pueden romper con un ambiente familiar y social. Además, que atente contra la dignidad de una sociedad y sus ciudadanos, porque atentar contra la ciudadanía es atentar contra la democracia. No podemos olvidar lo sucedido y no hacer nada, porque el no tener memoria de las experiencias aprendidas en estos terribles eventos, es seguir atacando a la memoria de las víctimas de terrorismo, las cuales, son muchas las personas afectadas a lo largo de la historia. El caso de Austria para esta nochevieja indica que la principal medida que van a aplicar es la prevención, poniendo efectivos y controlando los calles desde una perspectiva aérea mediante el uso de drones, aunque no consideren que haya una amenaza emergente en este instante. Por lo que insisto en que sigamos enfocándonos más en la prevención.
Cristian Rodríguez Jiménez. Criminólogo especializado en Terrorismo y Radicalización. Analista en Seguridad Física.