Por Rubén Moya Bocanegra
Hace un par de semanas asistí a un conversatorio donde tuve la oportunidad de intercambiar algunos puntos de vista respecto a la falta de regulación fiscal/penal que hay en la comercialización de criptomonedas y activos virtuales, con el ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, el Dr. Santiago Nieto Castillo.
Al parecer, el Dr. Santiago Nieto fue el último funcionario federal que intentó atacar y debilitar al crimen organizado que opera detrás de las filas virtuales; pues, aparentemente ni al titular actual de la UIF (Pablo Gómez), ni al titular actual de la SHCP (Rogelio Ramírez), ni a la titular actual del SAT (Raquel Buenrostro) ni mucho menos, al impresentable fiscal general de la república les interesa nada de lo que tenga ver con este rollo digital.
Para darnos un ejemplo a los asistentes, de la magnitud del peligro que corremos hoy en día con los ciberataques en el país, el Dr. Nieto nos puso de ejemplo al Bandidos Revolution Team y a su líder Héctor Ortiz Solares, o mejor conocido como El Bandido Boss. Bueno, y ¿Quiénes son estas personas cuyo nombre y seudónimos son dignos de un equipo de futbol de kínder? Pues son el grupo de hackers que perpetraron el mayor ciberataque en la historia de nuestro país y todo, desde unas computadoras en León, Guanajuato.
¿Cómo que el mayor ciberataque en la historia de nuestro país? Este grupo de 8 niños de veinte años oriundos del refugio de la Alhóndiga de Granaditas (a excepción de El Bandido Boss, quien ya tenía la madurísima edad de treinta) lograron manipular el Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (o mejor conocido como SPEI) para enviar dinero a varias cuentas fraudulentas, procediendo luego a retirar el dinero, principalmente a través de cajeros automáticos.
Bueno, bueno, sí suena algo sofisticado hackear el SPEI del Banco de México, pero sigue sin sorprenderme mucho ¿Por qué dices que fue el mayor ciberataque en la historia del país? Pues este grupito de niños hackers leoneses infectaban con un malware los cajeros automáticos de bancos como BANORTE y BBVA y a cierta hora del día los programaban para escupir entre 30 y 60 mil pesos en un golpe, por toda la ciudad y luego, por varias ciudades. Con esta estrategia el Bandidos Revolution Team obtenía ganancias de entre 100 y 300 millones de pesos al mes.
Así como lo leen, entre las maldades cometidas por estos infelices niños hackers de León, solo en 2018, lograron extraer cerca de 25 millones de dólares de diferentes cajeros automáticos de Guanajuato, Sinaloa y Tamaulipas a través de retiros (o escupidas) forzados desde 849 cuentas falsas y, en 2019 cuando fueron capturados tenían increibles sumas de dinero invertidas en Panamá e Islas Caimanes, 11 inmuebles en zonas residenciales, 27 vehículos de alta gama entre ellos Ferrari, Mercedes Benz, Audi, McLaren y Lamborghini, bodegas repletas de papel dinero, 15 equipos de cómputo y equipo técnico especializado para vulnerar sistemas informáticos, dosis de cristal, cocaína, marihuana, armas largas y todo ello, resguardado por escoltas exmilitares, armados hasta los dientes. DIGNO DE HOLLYWOOD.
La captura de estos hackers fue resultado de una investigación de los agentes de la entonces Policía Federal Ministerial quienes iniciaron y dieron cabal seguimiento a una denuncia interpuesta por el propio BBVA, por el delito de fraude electrónico cuando a uno de estos niños revolucionarios bandidos se le olvidó venir a recoger la piñata de billetes que se generaron, desde la comodidad de sus hogares, de una de sus sucursales. Este grupo de hackers leoneses robaron en unos meses, el equivalente al 1% del pago anual que los mexicanos hacemos por la deuda del FOBAPROA de 1999.
Algo que tienen en común los dos casos más recientes -y sonados- en nuestro país de delitos que involucran criptoactivos, son claramente el recien relatado (pues obviamente El Bandido Boss blanqueaba el dinero que no sacaba de los cajeros, a través de la compra de criptomonedas) y el de Ignacio Santoyo Cervantes, alias El Soni, quien era el líder de una red internacional de trata de personas y propietario del portal de escorts y prostitución Zona Divas, quien fue rastreado y capturado siguiendo la cadena de bloques que dejó su última compra de Bitcoins.
Cabe recalcar que si bien muchos funcionarios de medio y alto mando estuvieron involucrados en estas capturas -con delitos a los que apenas se le está encontrando el hilo negro-, lo cierto es que la cabeza atrás de estas aprehensiones fue el Dr. Santiago Nieto. Hoy, desafortundamente no hay quien pare esto y los ciberdelincuentes lo saben perfecto (y que Dios nos agarre confesados).
Con estas historias dignas de las Hermanas Wachowski (pero que claramente pasan aquí en Guanajuato y en Playa del Carmen) ¿No sería suficiente para que las autoridades federales se avocaran de lleno al estudio de nuevos tipos penales como el criptopitufeo, blanqueamiento de criptoactivos o dark crowdfunding? ¿Empezarán los juzgadores penales a involucrarse en los delitos cometidos virtualmente?
Rubén Moya Bocanegra
Maestro en derecho fiscal y administrativo de la Facultad de Derecho de la Barra Nacional de Abogados y socio de las áreas fiscal y administrativa de Sabag, Becker & Gerrit Cohen.