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El juicio vs García Luna: EU presentó 26 testigos, pero sin pruebas físicas; hoy las conclusiones

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Reuters

Por: Arturo Ángel

Brooklyn, NY.- La Fiscalía de los Estados Unidos cerró ayer la presentación de su caso en contra de Genaro García Luna por cargos de narcotráfico. Durante cuatro semanas, los fiscales llamaron a 26 testigos ante la Corte de Brooklyn para intentar demostrar que el exfuncionario fue un aliado clave para la expansión del Cártel de Sinaloa.

Sin embargo, ninguno de esos testigos aportó pruebas o evidencias físicas de que esa colaboración existió. Los integrantes del jurado tendrán que basarse solo en sus dichos y afirmaciones para decidir si, en efecto, no les queda ninguna duda de que el exfuncionario mexicano le ayudó a los criminales a cambio de millones de dólares.

En los alegatos iniciales presentados en enero pasado, el abogado defensor Cesar de Castro había adelantado a los jurados que los fiscales presentarían a criminales confesos y detenidos que narrarían historias de complicidades y sobornos; pero también les dijo qie no presentarían ni un video, recibo, audio, correo, mensaje, foto, o documento que corroborara que lo dicho fue cierto.

Así ocurrió, y fue con el aval de la Corte. El juez Brian Cogan le había dicho al jurado que los dichos no necesitan corroboración para ser valorados como válidos. La clave es que les parezcan suficientemente confiables para que no haya espacio a la duda razonable.

De los 26 testigos que los fiscales presentaron nueve son narcotraficantes o criminales que trabajaron para el Cártel de Sinaloa, y que ahora buscan (o incluso ya recibieron) beneficios legales como condenas reducidas en los Estados Unidos a cambio de su colaboración en este y otros casos.

De todos ellos solo tres confirmaron haber entregado directa y personalmente recursos a García Luna. El primero fue Sergio Villarreal alias “El Grande”, exlugarteniente de la facción de los Beltrán Leyva, quien dijo que entre todos los capos se hacía una cooperación para entregarle de 1 a 3 millones de dólares mensuales al exsecretario de Seguridad Pública federal, y que en alguna ocasión él fue responsable de llevar el dinero.

El testigo número 9 de los fiscales, Oscar Nava Valencia alias “El Lobo Valencia”, otro capo que fue líder de una facción del cártel dijo que personalmente hizo dos entregas de dinero a García Luna: una por cinco millones de dólares para rescatar un cargamento de cocaína en Manzanillo, y otra por 2.5 millones de dólares en un autolavado ubicado en Guadalajara, Jalisco.

Y Jesús “El Rey” Zambada, hermano de “El Mayo” Zambada, quien señaló que en dos ocasiones a finales del 2006 le entregó maletas repletas de billetes a García Luna en el restaurante “Champs Elysees”. En total cinco millones de dólares a fin de garantizar su respaldo a la organización delictiva.

A todos ellos los abogados defensores les preguntaron si tienen alguna prueba o evidencia de sus encuentros, reuniones o pagos. La respuesta fue negativa.

Un testigo que pudo haber tenido pruebas fue Israel Ávila, quien declaró que ayudó en la contabilidad del Cártel de Sinaloa por algunos años, y quien dijo que en los libros de contabilidad identificó pagos a una persona con el nombre clave de “metralleta” o “tartamudo”. Pero a preguntas de los abogados, reconoció que no guardó copia de esos archivos ni otro respaldo de los registros.

Otros testigos colaboradores hicieron señalamientos, pero de forma indirecta. El exfiscal de Nayarit, Edgar Veytia declaró algo que en realidad un tercero le dijo: que el expresidente Felipe Calderón y García Luna eran aliados del cártel. Mientras que Harold Poveda, alias El Conejo, narró que sabía por sus amigos del cártel que el extitular de la SSP Federal era un aliado.

Y Héctor Villarreal, exsecretario de finanzas de Coahuila, afirmó que desviaba recursos para pagar campañas a favor de García Luna en diarios como El Universal, aunque la factura que presentó solo evidencia que se contrató publicidad para una supuesta campaña turística en ese estado.

Agentes de la DEA que comparecieron hablaron de datos sobre la corrupción de diversos comandantes de fuerzas federales en México y algunas versiones de la posible colaboración de la Policía Federal con los Beltrán Leyva. El exembajador de EU en México, Anthony Wayne hablo de que sabía que dicha corporación no era del todo eficaz en contra del Cártel de Sinaloa.

De lo que sí abundaron las fotos, videos e informes fue de decomisos de los distintos decomisos de cocaína del Cártel efectuados en México, Centroamérica y en los Estados Unidos.

Pereyra, la única a favor de García Luna

La única testigo que compareció del lado del exsecretario de Seguridad Pública federal fue su esposa, Cristina Pereyra. Lo hizo para explicarle al jurado cómo es que en un lapso de dos décadas adquirieron o edificaron seis casas, y echaron a andar dos restaurantes en Morelos y en la Ciudad de México.

De acuerdo con Pereyra todo lo consiguieron a base de créditos bancarios, de bonos laborales por fin de año o renuncias a un cargo, y de ahorros producto de sus propios salarios. Una explicación que de ser cierta evidenciaría que Pereyra y García Luna tuvieron un tino muy acertado al momento de comprar casas o terrenos a un precio y venderlos pocos años después a otros. Aun así, el fondo de esa argumentación no fue puesto en duda por los fiscales al momento de contrainterrogarla.

Y aunque el gobierno hizo ver que hubo información llenada de forma inadecuada en las declaraciones patrimoniales de García Luna sobre los negocios de su esposa, Pereyra dijo que estas fueron corregidas en actualizaciones posteriores de las declaraciones que también estaban disponibles.

La esposa del exsecretario de Seguridad también dijo que las dos motocicletas marca Harley Davidson que los fiscales mostraron en una fotografía como evidencia y que según “El Grande” fueron sobornos del cártel, en realidad las compró ella con sus tarjetas bancarias, y como prueba exhibió las facturas de ambas: una de 2007 y otra de 2009.

Cuando los fiscales intentaron cuestionar a Pereyra sobre alguna propiedad en Miami, Florida – que según investigaciones en México y en Estados Unidos son producto de posibles actividades de lavado de dinero y desvío de recursos públicos – los abogados defensores objetaron con el argumento de que nada de eso forma parte de este caso. Un razonamiento que el juez Brian Cogan dio por válido.

“Yo vengo a apoyar a mi esposo, pero con la verdad”, le dijo Pereyra a la fiscal que le preguntó el motivo por el que hoy se presentó ante la Corte.

Hoy, las conclusiones de las partes

Cerrada la presentación de evidencias, las partes formularán este miércoles ante el jurado sus alegatos de clausura. Dicho de otro modo: expondrán las conclusiones del caso a partir de lo que ha quedado demostrado – o no – durante las sesiones previas.

Aunque el juez ha reiterado al jurado que estos alegatos no deben ser valorados como una prueba o evidencia, son de extrema importancia pues representan una guía para el jurado de lo que el gobierno y la defensa quieren dejar planteado como su teoría del caso. Es la última oportunidad que tienen los abogados de las partes de dirigirse al jurado antes de que comiencen a deliberar en privado.

Una vez presentados dichos alegatos el juez dará una serie de instrucciones a los jurados sobre cómo deben valorar el caso que tienen en sus manos y las evidencias. Les recordará cosas como decidir sobre la base exclusiva de lo que se ha presentado frente a sus ojos y no de otros hechos o circunstancias que no fueron exhibidas en el juicio. Menos deben de tomar en cuenta lo informado en la prensa u otras vías.

El tiempo para que los jurados deliberen es indefinido. Pueden tardarse unas horas o días. Solo cuando hayan adoptado una decisión de culpabilidad o no por cada uno de los 5 cargos que se imputan a García Luna es que se dará a conocer el veredicto.

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