En el surco del arado entierra el hombre sus vicios. Víctor Hugo
Por Antonio Hazael Ruíz Ortega
No podemos negarles la oportunidad de cambiar sus vidas. Es una de las anécdotas que recuerdo, a un grupo de personas al poco tiempo de salir de prisión, decidimos ofrecerles la oportunidad de aprender un oficio a través del Programa de Utilidad Pública que se aplica actualmente sólo en el Sistema Penitenciario de la Ciudad de México y del que fui organizador y promotor.
Contrario a lo que muchos pensarían ¿ya para qué?, a unos dos o tres años de abandonar la prisión, luego de sentencias largas, decidimos: nunca es tarde y se les brindó la oportunidad de capacitarse y hallar una manera de obtener un trabajo y cambiar sus vidas, a través de este programa.
En un proyecto en el que se ha sumado la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), y en cuya experiencia ha desarrollado el propio: De Vuelta a Casa, las personas privadas de la libertad que cumplen con ciertas características acceden a una capacitación de reforestación para salir momentáneamente de su lugar de prisión a realizar trabajos en parque y jardines, en favor de la comunidad recreando espacios dignos como metáfora de su vida.
Preparación que debe ir más allá, pues debe tratarse de la experiencia en la que desarrollen herramientas también para actividades industriales y empresas.
Esa misma capacitación les servirá para encontrar un empleo que el mismo organismo internacional coadyuva a conseguir, para que cuando obtengan su libertad definitiva, haya una opción que les ayude a lograr la reinserción social e incorporarse a la actividad productiva del país.
Actualmente en la Ciudad de México, hay 600 personas privadas de la libertad beneficiadas con este programa; y algunas de ellas, ya en libertad, tienen trabajo.
En principio, pública utilidad consistió en la pura capacitación, pero luego se les otorgó el equipamiento para pasar al trabajo de reforestación en el interior del centro penitenciario donde se hallan; y después, han salido a las áreas verdes de las inmediaciones de la prisión, fuera de sus muros, pero dentro de la malla ciclónica que delimita su área con el debido operativo de seguridad; como parte esencial, han podido ir más allá y salir a lugares públicos lejos del sitio de su reclusión.
El objetivo deberá ser la ampliación de este digno e innovador programa (aunque no nuevo en su totalidad pues recordemos las antiguas escenas de trabajo con grilletes o encadenados, bajo otras circunstancias), a todos los centros penitenciarios del país, estatales y federales.
Aunque una de las mayores dolencias de los sistemas penitenciarios ha sido históricamente la falta de capacitación y de oportunidades de trabajo, la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (ENPOL) 2021 realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) sostiene optimistamente que, de las 220 mil 477 personas en reclusión en el país, 156 mil realizan alguna actividad de trabajo para obtener pago o beneficio, lo que significa el 71.2%. Lo ideal sería la cobertura completa.
Por ello es importante resaltar que a mayor número de herramientas y oferta de trabajo menor posibilidad de reincidencia.
Actualmente se calcula que la reincidencia es de entre el 30 y 40 por ciento. Sin embargo, la no reincidencia de alguien con capacitación y que participó en pública utilidad, es de 100%.
El Artículo 18 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que el trabajo es uno de los ejes de reinserción:
El sistema penitenciario se organizará sobre la base del respeto a los derechos humanos, del trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte como medios para lograr la reinserción del sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir, observando los beneficios que para él prevé la ley .
Curioso, y en sentido contrario, a cómo funciona ahora, me permito sugerir la lectura del libro: Cárcel y Fábrica Los Orígenes del Sistema Penitenciario (siglos XVI y XIX).
Una muy rica discusión de Dario Melossi y Massimo Pavarini sobre sus puntos de vista y discusión de algunos teóricos que plantean que el trabajo ha sido considerado como origen del sistema penitenciario en siglos pasados.
Los orígenes del internamiento obligado en la Inglaterra de la segunda mitad del siglo XVI, en el que se recogen ociosos, vagos, ladrones y delincuentes menores para obligarlos a hacer trabajos forzados bajo una rígida disciplina, y la multiplicación de correccionales en numerosos lugares de Inglaterra
se consideran a la luz de las hipótesis de Marx, tan avanzadas a su tiempo, sobre la necesidad de enfrentar con instrumentos represivos a las grandes masas de ex trabajadores agrícolas y desbandados que, como consecuencia de la crisis irreversible del sistema feudal, se desplazan hacia las ciudades, sin que la naciente manufactura sea capaz de absorberlos con la misma rapidez con que ellos abandonan el campo.
En esta primera fase, la segregación no se debe tanto a una necesidad de destrucción o eliminación física sino más bien a la utilización de mano de obra, o quizás incluso a la necesidad de adiestrar para el trabajo manufacturero a ex campesinos reacios a someterse a los nuevos mecanismos de producción.
también en los Estados Unidos, como lo muestra el mismo Pavarini, la relación directa entre cárcel y trabajo productivo tuvo una incidencia cuantitativa y temporal limitada, por lo cual más que hablar de cárcel como productora de hombres, en el sentido de transformación criminal rebelde en un sujeto disciplinado y adiestrado para el trabajo de la fábrica.
El análisis plantea una serie de tesis de la relación trabajo y penitenciarismo, y su revisión, sin duda, contribuiría a comprender la idea compleja de esta relación.
Desde una perspectiva histórica la lectura de este libro ayudará a entender que el trabajo ha sido fundamental en la conformación del actual sistema penitenciario.
Dr. Antonio Hazael Ruíz Ortega
Licenciado en Derecho con Maestría en planeación y gestión educativa; Maestría en prevención del delito y sistemas penitenciarios; Especialista en prevención del delito y derechos humanos y Ex subsecretario de Sistemas Penitenciarios y menores infractores de la CDMX.
Twitter: @Hazaelruizo