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Agresores sexuales: ¿Qué pueden aportar las neurociencias a la justicia?

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Los individuos que han cometido agresiones sexuales han sido objeto de investigación y generadores de interrogantes para la psicología en sus diversas áreas de ejercicio. La criminología, la perfilación criminal, la psicología forense y la criminalística han intentado abordar y definir las características de los mismos con el fin de comprender y prevenir hechos.

Debemos saber que resulta imposible la elaboración exacta de un perfil que pueda aplicarse de manera universal para clasificar al victimario como un agresor sexual; ya que cada acto criminal es único e irrepetible y los seres humanos son definidos como una unidad bio-psico-social, con características propias e imposibles de analizar fuera de su contexto.

No obstante, el uso del método de perfilación criminal como herramienta, tendrá como función determinar y encausar líneas de investigación que nos acerquen a dar con el posible autor de delito.

He aquí que nos es menester preguntarnos lo siguiente: ¿Cuál es la utilidad qué le daremos a estos datos obtenidos?, ¿Qué nos dicen?, ¿Basta para comprender la etiología de los hechos?, ¿Qué podemos hacer con esta problemática?

Los crímenes de índole sexual que son cometidos con serialidad, son fenómenos complejos que deben ser estudiados de forma interdisciplinaria. Encontramos que durante décadas, la psicología ha desarrollado diversas teorías para realizar un análisis de las conductas y describir la estructura psíquica de estos sujetos; por otra parte la praxis forense nos propone utilizar instrumentos que tienen como función evaluar de forma completa, complementar y fundamentar.

Pero es importante destacar el papel que han tomado las neurociencias, por tanto la neuropsicología, en estos últimos años. Las novedosas conclusiones a las que se ha podido arribar mediante el uso de la tecnología en imágenes; la apertura de los marcos teóricos que envuelven la sexualidad y la patología.

Si, hay un correlato entre la conducta, el pensamiento y la fisiología cerebral. Gracias a las neuroimágenes hoy conocemos que el cerebro de los agresores sexuales no es igual a lo típico y es en esas diferencias en donde radicaría una de las causas de los delitos cometidos.

Los primeros investigadores modernos que han puesto su atención en el cerebro de los victimarios, desarrollaron tres teorías básicas y principales que exponen los hallazgos realizados tanto en la observación clínica como la utilización de neuroimágenes.

Estas tres poseen en común la concepción de la agresión sexual en el trastorno de las funciones ejecutivas, definidas como funciones cerebrales superiores dependientes de la corteza pre-frontal, las cuales se encargan de activar, organizar, integrar y gestionar la cognición y el comportamiento.

Este revolucionario aporte, deja entrever la relación y la capacidad de intervención de la psiquiatría y la psicología para el diagnóstico y tratamiento de las agresiones sexuales. Entonces, habiendo reafirmado la necesidad de la interdisciplina; se busca establecer como pauta la valoración de estos saberes para la elaboración un juicio que contemple un dictamen pericial completo y complejo.

Así como también, la valoración de estos saberes para la elaboración de una pena que contemple el tratamiento y rehabilitación de los victimarios, en cuanto sea posible; con una finalidad preventiva en vistas de una reinserción.

Ariana C. Mondragón

Fundadora y docente de SICCRIM. Lic. En Psicología (UM)- Diplomada En Psicología Forense (UAI)- Diplomada en Prevención de Conductas Antisociales y Delictivas (UNTREF)- Perfilación Criminal (IUCA).

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