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Reflexiones sobre la Historia del Derecho Penal Mexicano

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Desde mi perspectiva, la historia del derecho penal mexicano es un viaje fascinante a través del tiempo, marcado por episodios de opresión y lucha por la justicia. A lo largo de los siglos, este sistema jurídico ha evolucionado, adaptándose a las cambiantes necesidades de la sociedad, pero también ha experimentado periodos oscuros de abuso de poder. En esta columna de opinión, me sumergiré en los momentos clave de esta historia, destacando datos importantes y compartiendo mi visión sobre su desarrollo.

La historia del derecho penal en México se remonta a tiempos precolombinos, donde las civilizaciones indígenas aplicaban sus propias normas y sanciones. Sin embargo, con la llegada de los españoles en el siglo XVI, el sistema legal experimentó una transformación significativa. Durante la Colonia, el derecho penal se basó en las Leyes de Indias, un conjunto de normas que regulaban la conducta de los indígenas y buscaban establecer el control de la Corona sobre sus súbditos en el Nuevo Mundo.

Uno de los momentos más sombríos de la historia del derecho penal mexicano fue la Inquisición. En 1571, se estableció el Tribunal de la Inquisición en la Nueva España, que tenía el poder de perseguir y condenar a aquellos que se consideraban herejes o practicantes de brujería. Esta institución infligió un profundo sufrimiento a aquellos que no seguían la fe católica y dejó una cicatriz en la memoria colectiva de México. Aunque la Inquisición se disolvió en el siglo XIX, su legado de opresión religiosa perduró durante mucho tiempo.

Otro dato relevante en la historia del derecho penal mexicano es la promulgación del Código de Napoleón en 1862, durante la ocupación francesa. Este código civil y penal introdujo principios modernos en la legislación mexicana, como la igualdad ante la ley y la abolición de la tortura. Sin embargo, su influencia fue efímera, ya que México recuperó su independencia poco después y restauró sus propias leyes.

La Revolución Mexicana de principios del siglo XX trajo consigo cambios profundos en el sistema legal. La Constitución de 1917 incluyó disposiciones que garantizaban derechos humanos básicos y limitaban el poder del Estado en asuntos judiciales. Esto marcó un hito en la historia del derecho penal mexicano al establecer una base sólida para un sistema de justicia más justo y equitativo.

Sin embargo, a lo largo del siglo XX, México también enfrentó desafíos significativos en su sistema de justicia penal. La corrupción y la impunidad se convirtieron en problemas endémicos. Los crímenes cometidos por poderosos a menudo quedaban impunes, mientras que los ciudadanos comunes enfrentaban la dureza de la ley. La historia reciente está marcada por casos emblemáticos, como la matanza de estudiantes en Tlatelolco en 1968 y la masacre de Acteal en 1997, que pusieron de manifiesto las deficiencias del sistema de justicia penal.

Uno de los cambios más significativos en la historia del derecho penal mexicano ocurrió en 2008 con la implementación de un nuevo sistema de justicia penal acusatorio. Este cambio buscaba hacer frente a los problemas de corrupción y opacidad en el sistema judicial. El sistema acusatorio se basa en la presunción de inocencia y garantiza un juicio justo para los acusados. Aunque enfrentó desafíos en su implementación, representa un paso importante hacia una justicia más transparente y equitativa en México.

Desde mi punto de vista, el sistema de justicia penal mexicano todavía enfrenta desafíos significativos. La impunidad sigue siendo un problema grave, y la corrupción persiste en algunos niveles del sistema judicial. Además, la violencia y el crimen organizado representan desafíos constantes para la seguridad pública y la administración de justicia en el país. La falta de recursos y la sobrecarga de trabajo en el sistema judicial también son obstáculos que deben superarse.

Para avanzar hacia un sistema de justicia penal más efectivo y justo, es esencial abordar estos desafíos de manera integral. Se requiere una mayor inversión en capacitación y recursos para los jueces, fiscales y defensores públicos. La promoción de la transparencia y la rendición de cuentas en el sistema judicial es fundamental para combatir la corrupción. Además, se deben fortalecer las instituciones encargadas de la seguridad pública y la investigación criminal para enfrentar de manera efectiva la delincuencia organizada.

La historia del derecho penal mexicano es un relato complejo de luchas y avances. Desde la Colonia hasta la actualidad, ha experimentado cambios significativos, pero también ha enfrentado desafíos persistentes. A medida que México busca fortalecer su sistema de justicia penal, es fundamental aprender de su historia y trabajar de manera constante para garantizar que la justicia prevalezca y que los derechos de todos los ciudadanos sean protegidos.

 

Esteban Ramírez Martínez.

Estudiante de 9no. semestre de la Licenciatura en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México.

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