Por Alberto Francisco Garduño
Twitter @albertofco9
La historia da cuenta de la situación desigual a la que se ha sujetado a las mujeres dentro de las relaciones humanas y de los pasos valientes que han dado para reivindicar su lugar en la sociedad, recientemente a esos pasos firmes se suman esfuerzos conscientes de más y más mujeres y hombres que en su actuar cotidiano simplemente dejaron de reproducir las conductas dañinas.
Así, como los esfuerzos son visibles y palpables, los atentados contra la dignidad de las niñas, adolescentes y mujeres también son expuestos de manera permanente a través de diversos medios de comunicación. Hoy las agresiones no escapan del ojo de la sociedad, pero, parece que escapan al ojo del Estado y la Justicia.
La pandemia por Covid-19 expuso -entre otros- problemas del Estado democrático de derecho, la desigualdad de género y la violencia contra las mujeres en sus propios hogares, los cuales incrementaron el número de situaciones donde las mujeres son víctimas.
Los noticiarios por una preocupación legítima o no, están plagados de notas que informan sobre mujeres víctimas de sus parejas sentimentales, de sus padres, de sus hermanos, de las parejas sentimentales de sus madres, de sus amigos, de sus jefes y hasta de sus hijos; la lista de sujetos activos no se restringe, añade personajes: hombres armados que simplemente arrebatan a la víctima de su medio o aquellos que vieron la oportunidad y perpetraron alguna conducta ilícita valiéndose de la situación de vulnerabilidad en que se encuentra la mujer.
La reacción del Estado se ha presentado, pero su eficiencia y eficacia se diluyen en la ineficiencia institucional cuyas carencias están arraigadas en lo profundo de las creencias y prejuicios de sus operadores, quienes pueden contestar correctamente a las preguntas del examen en una capacitación, sin embargo, entre cumplir con ese requisito y cambiar la forma en que responden a las mujeres que demandan su apoyo, existe un abismo.
El escándalo que producen las notas sobre desapariciones, sobre cuerpos sin vida sometidos a toda clase de vejaciones, únicamente se ve opacado por la llegada de otra nota que da cuenta de hechos aún peores. Del horror a la indolencia se avanza a toda prisa, a pesar de que los casos de delitos contra mujeres se multiplican exponencialmente parece que ya no pasa nada, nadie investiga, a nadie le importan las víctimas, sencillamente no pasa nada. La impunidad nos asfixia.
Las ciencias penales siempre han señalado lo que falta: una auténtica política criminal de prevención del delito. Se invierte en seguridad, pero se cierran los ojos frente a la posibilidad erradicar o por lo menos, disminuir los factores que propician el fenómeno delictivo. Sin prevención del delito no hay opciones de paz y seguridad para las mujeres, ni para nadie.
Durante el mes de marzo se retomó la información de un documento oficial que parece haber captado la atención de algunos medios de comunicación a propósito del Día de la Mujer, comentaron lo que les pareció importante; aunque el documento esta nutrido de datos valiosos con los cuales, por ejemplo, se podría platear el rediseño de la prevención de delitos que tiene como víctimas a las mujeres, por el simple hecho de serlo; el documento a que se hace referencia es Información sobre violencia contra las mujeres. Incidencia delictiva y llamadas de emergencia 9-1-1 elaborado por el Centro Nacional de información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública con información reunida al 28 de febrero de 2022 (disponible en internet:
(https://drive.google.com/file/d/1xH44QYX7latXz57Zx3CDfsPSlCOVfeaM/view).
Los datos impactan la consciencia, especialmente, cuando pensamos que los gobiernos en México habían aprendido la lección tras la sentencia denominada Caso González y otras vs. México (Campos Algodonero), hoy por hoy, recordamos cada día, lo que ocurría en Juárez; pero ahora en todo el país; donde el reclamo de justicia penal es generalizado.
Gracias por tomarte el tiempo de leer.
Alberto Francisco Garduño.
Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.