Por: Arturo Ángel
Los dos ataques que se han registrado en las últimas semanas con artefactos explosivos en Guanajuato y Jalisco, y que dejaron un saldo de 7 policías y guardias nacionales muertos y más de 15 lesionados, no son hechos aislados.
En los últimos cuatro años se han registrado en México un total de 377 agresiones por parte de grupos del crimen organizado en los que se han utilizado 1 mil 765 artefactos explosivos de distinta índole, de acuerdo con un recuento realizado por el experto en seguridad y exsecretario de Seguridad pública, Alberto Capella.
El especialista advierte que este tipo de agresiones comenzaron a ocurrir de forma esporádica desde hace poco más de una década, pero se han vuelto cada vez más comunes de 2018 a la fecha.
Michoacán es el estado que concentra la mayor parte de este tipo de incidentes con un total de 170 casos contabilizados, en lo que se han utilizado o contabilizado 801 explosivos de distinta índole.
Cabe recordar que fue justamente Michoacán el escenario de uno de los primeros atentado de alto impacto con explosivos en el país. Ocurrió en los festejos de la independencia el 15 de septiembre de 2008, cuando fueron detonados artefactos explosivos en pleno zócalo municipal, hecho que dejó un saldo de ocho personas muertas y más de cien lesionadas.
De acuerdo con Capella, a dicho estado le sigue Guanajuato en donde reporta 126 eventos en los que se han empleado 497 artefactos explosivos de distinta índole. Después se ubican Jalisco y Chiapas que en conjunto no suman más de un centenar de casos, pero en ellos se han empleado 227 y 118 explosivos respectivamente.
Otras entidades que en los últimos cuatro años registran por lo menos un atentado o incidente donde los criminales hayan utilizado algún tipo de explosivo son Tamaulipas, Guerrero, Estado de México, Sonora, Chihuahua, Zacatecas, Nuevo León, Puebla, Ciudad de México, Hidalgo, Querétaro, Aguascalientes, Quintana Roo, Colima y Veracruz.
Notitia Criminis publicó en días recientes que grupos del crimen organizado en México han recurrido a mercenarios, exmilitares o paramilitares provenientes de Colombia, Guatemala, El Salvador y otros países, con experiencia incluso en medio oriente, que han brindado capacitación y conocimiento sobre la utilización de este tipo de tácticos para atacar a fuerzas de seguridad y grupos rivales.
Las estrategias han venido evolucionando desde la detonación de granadas de fragmentación, hasta el uso de coches bomba, colocación de minas terrestres e incluso la utilización de drones cargados con este tipo de artefactos.
Sedena reconoce incremento
De acuerdo con documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional a los que el diario Reforma tuvo acceso, el Ejército mexicano también ha detectado y reconocido el uso de artefactos explosivos de forma cada vez más recurrente y con un mayor poder de daño.
Los documentos castrenses reconocen 288 acciones en los que se han utilizado bombas y otro tipo de explosivos tan solo en los primeros tres años del sexenio (diciembre de 2018 a febrero de 2022), lo que significa un incremento de más del 223 por ciento respecto a la frecuencia de este tipo de incidentes en comparación con el sexenio anterior.
En respuesta a ello, detalla la nota publicada por el referido diario de circulación nacional, la Sedena ha tratado de modificar sus estrategias empleando unidades antiterrorismo e inteligencia con el fin de tratar de contrarrestar, y si es posible prevenir este tipo de agresiones.
Personal de la Sedena ha acudido a cursos en Belice, Guatemala, Nicaragua, Estados Unidos y Canadá, entre otros países, para sr capacitado sen estas áreas y para adquirir tecnología y contramedidas respecto a la utilización de explosivos.
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