Por: Arturo Ángel
Menos de dos semanas después del atentado con un coche bomba en contra de elementos de la Guardia Nacional en Guanajuato, se registró otro ataque con artefactos explosivos dirigido a las fuerzas de seguridad del país. Esta vez los hechos ocurrieron en el estado de Jalisco donde seis policías locales perdieron la vida en Tlajomulco luego de que el vehículo en el que viajaban detonó una mina terrestre colocada como emboscada.
Los datos oficiales que se conocían hasta la noche de ayer señalan que agentes de la Fiscalía estatal y de la policía municipal recibieron una supuesta llamada de emergencia relacionada con un reporte sobre la aparición de varias personas sin vida.
Al dirigirse al lugar de los hechos el vehículo oficial pasó sobre la mina terrestre puesta como una trampa y estalló. Tres agentes municipales y ministeriales perdieron la vida prácticamente de forma instantánea, mientras que diez personas más – entre ellas al menos dos menores de edad – resultaron lesionadas por la onda expansiva de la detonación.
“Se trata de un hecho sin precedentes que pone de manifiesto de lo que son capaces estos grupos de la delincuencia organizada. Este ataque representa también un desafío contra el Estado mexicano en su conjunto”, declaró como reacción a estos hechos el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro.
De acuerdo con fuentes citadas por el diario Reforma, la agresión habría sido una venganza por un operativo desplegado previamente por agentes municipales en el referido municipio.
Este ataque ocurre casi dos semanas después del atentado con un coche bomba perpetrado en Celaya, Guanajuato, en contra de las fuerzas de seguridad de la zona. Como resultado de dicha agresión, registrada el 28 de junio, un elemento de la Guardia Nacional perdió la vida y nueve más resultaron heridos, varios de ellos de gravedad.
Notitia Criminis publicó en esta nota que, de acuerdo con el especialista en temas de crimen organizado, David Saucedo, en los últimos años los cárteles en México recibieron capacitación o entrenamiento de otras fuerzas paramilitares o de mercenarios provenientes de otros países, para poder desplegar atentados con tintes terroristas en contra de las fuerzas del orden mexicana, o ataques mucho más organizados y letales.
Cabe señalar que de acuerdo con un seguimiento especializado que lleva a cabo la organización Causa en Común, tan solo en lo que va de este año suman ya 227 policías asesinados de todos los niveles en el país, la mayor parte como resultado de emboscadas o ataques directos de grupos criminales.
***
