Por: Arturo Ángel
Brooklyn, NY.- El exsecretario de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna, quiere hablar para contar “su verdad”.
En la fase final del juicio que se sigue en su contra por presuntos nexos con el Cártel de Sinaloa en Nueva York, el exfuncionario pretende tomar el estrado para testificar. Su objetivo: narrarle al jurado que él fue, en todo momento, un funcionario ejemplar. Que nunca colaboró con el narcotráfico, y que las acusaciones son mentiras de los delincuentes a los que combatió y extraditó.
Pero quiere hacerlo a la segura. Dado que al aceptar declarar tendría que someterse también al interrogatorio de los fiscales, sus abogados pretenden que el juez impida que sea cuestionado de temas relacionados con propiedades, terrenos y otros aspectos de su vida privada que consideran incómodos.
Hasta ahora su equipo de abogados ha tenido éxito en poner esos temas fuera de los oídos y ojos de los jurados. Bajo el argumento de que se trata de un juicio de presuntos nexos con el narco y no de corrupción o enriquecimiento ilícito, lograron que desde el arranque el juez Brian Cogan prohibiera las menciones sobre sus casas y negocios en Miami.
No es cosa menor. De acuerdo con una investigación de la Unidad de Inteligencia Financiera en México, que forma parte de una demanda civil en Miami, todos esos negocios son resultado de operaciones de lavado de dinero que podría venir de desvíos del erario, pero también del narco. Sin embargo, dado que lo anterior no está verificado, el juez Cogan avaló que estas evidencias quedaran fuera de las pruebas de cargo.
Una situación similar ocurrió ayer cuando los fiscales pretendían mostrarle al jurado una serie de fotografías de autos, motos, un yate, obras de arte, y otros objetos presumiblemente ostentosos que fueron encontradas en una de las computadoras de Genaro García Luna.
Pero en una promoción enviada por escrito, que luego fue debatida en un receso de la audiencia con el jurado fuera de la sala, el abogado Cesar de Castro expuso que esa evidencia no debería ser expuesta dado que la fiscalía no tiene certeza de que esos bienes realmente son del exsecretario de Seguridad.
“Yo puedo tener en mi computadora foto de una casa bonita y eso no significa necesariamente que sea mía, puede ser una casa que renté. Lo mismo que los coches y otras cosas”, señaló el defensor.
El juez consideró que los argumentos de la defensa eran válidos, sobretodo si dicha evidencia proviene del 2012 en adelante cuando García Luna ya no era funcionario. Por ese motivo determinó que al jurado solo se le podrá mostrar aquellos bienes que los fiscales puedan probar, con otros datos, que realmente pertenecen al exfuncionario mexicano.
En ese contexto la presentación de este material tuvo que ser pospuesta para el próximo lunes, y siempre y cuando se cumplan con los lineamientos marcados por el juez Cogan.
La recta final y el testigo estrella
Los fiscales confirmaron ayer en la audiencia que tienen la intención de cerrar la presentación de sus testimonios y pruebas el próximo lunes. Lo harán llamando al estado a lo que han denominado un “testigo significativo” el cual, incluso, ha requerido de arreglos especiales para su traslado a Brooklyn.
Extraoficialmente ha trascendido que se trataría de algún narcotraficante o delincuente de alto perfil. En la lista enviada a la Corte por el gobierno de los Estados Unidos al arranque del juicio figuran nombres como el de Edgar Valdez Villarreal alias “La Barbie”, o el de Jesús “El Rey Zambada”. También el de Iván Reyes Arzate, un excomandante de la Policía Federal.
Una vez que los fiscales terminen la presentación de su caso y “entren en descanso”, tocará a la defensa presentar, si lo desea, su propia evidencia o testimonios. Es este el momento en donde García Luna subiría al estrado a declarar y ser interrogado, si finalmente esto se concreta.
En cuanto la defensa termine dicha exposición se presentarán los alegatos finales, es decir, la conclusión y reflexiones finales tanto del abogado líder del equipo de defensa, así como del representante de los fiscales. Aunque el juez ha instruido al jurado para que no consideren como evidencia dichas exposiciones, estas son vitales pues se trata de la síntesis que cada una de las partes hará de lo que se ha visto durante el mes que ha durado el juicio. Es lo último que escuchará el jurado antes de reunirse en privado para comenzar a deliberar.
No existe un tiempo fijo para que el jurado tome una determinación en torno al veredicto. Esto podría ocurrir tan pronto como el siguiente día luego de presentados los alegatos finales, o demorar una o varias semanas. Lo que se espera es que les tome, por lo menos, unos cuatro días.
De cumplirse estos tiempos, y tomando en cuenta que los viernes no hay audiencias y el lunes 20 de febrero es día feriado en los Estados Unidos, se espera que el veredicto se anuncie en cualquier fecha a partir del 21 de febrero. Esto siempre y cuando se concluya con todos los pasos mencionados la próxima semana.
Como ya se ha referido en notas previas, para concluir que García Luna es culpable “más allá de toda duda razonable” se requiere una determinación unánime. Es decir, que los 12 integrantes del jurado estén de acuerdo. Lo mismo para declararlo inocente. Si al final el jurado queda dividido tendría que reponerse el juicio.
El veredicto deberá tomarse por cada uno de los cinco delitos por los que está siendo enjuiciado el exsecretario de Seguridad: tres de narcotráfico, uno de delincuencia organizada, y otro de falsedad de declaraciones.
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