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AUTOPSIA PSICOLÓGICA. UNA HERRAMIENTA PARA LA INVESTIGACIÓN CRIMINAL

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Por Linet Torres Téllez

Cuando escuchamos la palabra “autopsia”, generalmente pensamos en una autopsia médico legal o también conocida como necropsia, sin embargo, la realidad es que hay varios tipos de autopsias, como por ejemplo la Autopsia Clínica y la Autopsia Psicológica; no obstante, esta última es poco conocida y empleada en el ámbito de la investigación criminal en nuestro país.

La Autopsia Psicológica es una herramienta de investigación clínica que puede ser aplicada en el contexto de la investigación de hechos con apariencia de delito, en razón de que puede ayudar a clarificar las circunstancias de una muerte por suicidio, homicidio, feminicidio o accidente.

Esta autopsia consiste en una exploración retrospectiva e indirecta de la personalidad y vida de una persona ya fallecida, es decir, se centra en los aspectos psicológicos del occiso, y su principal propósito es comprender las circunstancias y el estado mental de dicha persona en los momentos previos a su muerte.

En el año de 1961, la Autopsia Psicológica como técnica forense fue definida como un método de investigación retrospectivo e indirecto de las características de la personalidad y de las condiciones que en vida tuvo un individuo, con el objetivo de acercarse a la comprensión de las circunstancias de su muerte.

Desde entonces en diversos países ha sido ampliamente utilizada como instrumento forense, para proveer información sobre las circunstancias de la muerte en suicidios, así como para la investigación de delitos, principalmente homicidios y feminicidios.

En este punto, el lector podría preguntarse ¿Cómo se evalúa psicológicamente a una persona que ya falleció? o en otras palabras ¿Cómo se lleva a cabo la autopsia psicológica?

En el contexto de la investigación criminal, dicha autopsia debe ser realizada por un psicólogo debidamente capacitado para hacer este tipo de autopsia, quien deberá llevarla a cabo entre el primero y sexto mes después del fallecimiento a más tardar; asimismo decidirá qué modelo de Autopsia Psicológica usar (el cual debe estar estandarizado y validado por la comunidad científica), y tendrá que allegarse de toda la información posible tanto del occiso como del hecho investigado, con el fin de poder emitir el informe de la multicitada autopsia.

Para lograr esto, el psicólogo debe hacer un estudio minucioso del lugar donde fue localizado el cadáver, asimismo deberá leer y analizar la carpeta de investigación en su totalidad, poniendo especial atención en el informe de la necropsia médico legal y en los resultados de exámenes toxicológicos (si es que los hay); también tendrá que revisar los documentos que aporten información sobre la vida del occiso antes de su muerte, y entrevistar a testigos de los hechos (en caso de que los haya), familiares, amigos, compañeros de trabajo y/o escuela, y pareja de la persona que falleció.

Esto con la finalidad de tener información del occiso respecto a su historia y el estilo de vida, así como de enfermedades físicas y/o mentales, hábitos, la existencia de problemas económicos o sociales, la calidad y cantidad de relaciones interpersonales, los rasgos de la personalidad, la existencia de intentos de suicido o la existencia de posibles enemigos, y relaciones con el alcohol y/o drogas.

Una vez analizada e integrada tal información, el psicólogo encargado de hacer la Autopsia Psicológica podrá emitir un informe, en el cual plasme su opinión técnica con respecto al estado particular de la mente de un individuo antes de que este perdiera la vida, y de las circunstancias que rodearon su muerte.

De lo referido hasta ahora, en parte puede decirse que la Autopsia Psicológica suena como algo innovador e interesante, pero también por otro lado es difícil no pensar en la subjetividad y carácter especulativo y probabilístico que tiene esta herramienta, la cual ha sido duramente criticada justo por su falta de fiabilidad, objetividad, validez y estandarización.

Tales críticas se vieron disminuidas cuando se desarrolló en Cuba, durante 1990 a 1996, el Modelo de Autopsia Psicológica Integrado (MAPI), el cual es uno de los más usados en Iberoamérica con víctimas de suicidio, homicidio y accidente. Dicho modelo es un método completamente estructurado y sistematizado, por lo que se disminuye al mínimo el margen de sesgo debido a su estructura con respuesta cerrada, para evitar la inclusión de elementos subjetivos en la valoración y para hacerlo verificable por terceras personas.

Pero como este instrumento fue creado para el contexto sociocultural cubano, debe de adaptarse antes de su utilización en otro país, es decir, si se usa en México, primero debió ser validado, estandarizado y adaptado para la población mexicana. Por lo tanto, si en una carpeta de investigación se localiza un informe de Autopsia Psicológica, primero hay que identificar si el modelo que se usó para tal autopsia está validado y estandarizado para su uso en la población mexicana. Asimismo, hay que verificar que la realización de tal autopsia no haya sido posterior a los 6 meses del hallazgo del cadáver.

Sin embargo, aunque se usará el modelo MAPI (el cual está sistematizado y validado en la comunidad científica), considero que hay diversos factores que restan objetividad a la Autopsia Psicológica, porque al final de cuentas es una estimación subjetiva del perfil psicológico de una persona fallecida, y no se puede evitar que la subjetividad de cada uno de los entrevistados influya en las entrevistas realizadas por el psicólogo para obtener información del occiso. De igual manera, las preconcepciones y prejuicios de los psicólogos que realizan estas autopsias, pueden interferir en la objetividad de las mismas.

Por estas razones considero que los datos y las conclusiones del Informe de la Autopsia Psicológica, solamente pueden servir de orientación para la investigación criminal, en otros términos, tales datos no pueden tomarse como determinantes o concluyentes, en razón de que no sería objetivo ni válido basarse en dicho Informe para concluir si una persona fue asesinada o se suicidó; pues hay que recordar que la Autopsia Psicológica sólo nos permite comprender las circunstancias de la muerte de un individuo y el estado mental de este antes de su fallecimiento por causa dudosa, en consecuencia quien haya solicitado esta autopsia, ya sea el Agente de ministerio Público, Asesor Jurídico o el Defensor, deberá de tener todo esto en cuenta a la hora de analizar la información plasmada en el Informe de Autopsia Psicológica.

Linet Torres Téllez.
Licenciada en Ciencia Forense por la UNAM, Consultora Técnica en el área de las Ciencias Forenses y colaboradora en la firma Regino Abogados, Abogados Penalistas. Usuario de Twitter
@LinetTorres95