Cuando decidí estudiar la carrera de derecho siendo mujer, sabía que la misma incluiría muchos retos y sacrificios al ser considerada “una carrera mayormente de hombres”.
Entre mujeres sabemos que nuestra opinión varias veces no será válida, haciéndote dudar de tus conocimientos y en ocasiones eso hará que te sientas insegura de decir lo que piensas. Frecuentemente pensarás que tu opinión no será tomada en cuenta y en otras tantas te sentarás en un salón que te hará pensar lo injusto que es ser mujer en México.
Al decidir dedicarme al derecho penal, mi mamá me rogaba que me dedicará a otra área; “dedícate a otra cosa”; Ya sabía lo que podía pasar.
Ir a reclusorios –que generalmente no están las zonas “bonitas” de la ciudad-, miradas lascivas por aquí y por allá, pensar a fondo y detalle cómo te vas a vestir para asistir a fiscalías, porque, aunque haga calor, es mejor que no uses falda, no llames la atención y mantengas un perfil bajo.
Sin embargo, entre todas las cosas que pensé, cuando empecé a trabajar no consideré como se transformaría mi balanza moral, tus principios y valores se tambalean cuando mezclas el feminismo y tu trabajo¸ ¿cómo puedes defender violadores, pedófilos, gente que distribuye pornografía, hombres que golpean a su pareja?
El problema es que el circulo cada vez se cierra más, ya no son casos lejanos, no conozco ninguna mujer que no haya pasado por una situación de acoso; somos una somos todas. La desgracia nos une… que impotente me siento al reconocer que nuestra unión y alianza como mujeres surge de la desgracia colectiva, de la experiencia desastrosa, de la lección aprendida.
Mi respuesta siempre ha sido que todos tienen derecho a una defensa, todos merecen que su lado de la historia sea contado. Ser oídos y vencidos en juicio. No todo es justo, nada es sencillo, ni para la víctima ni para el acusado.
No obstante, yo también me quedo pensando, ¿acaso como mujer es sacrilegio estar del lado de la defensa?
En todo caso y en materia de justicia criminal, no considero que la prisión –mucho menos una pena máxima- sea la solución. No aporta, no cambia a las personas y únicamente funge como un placebo social de satisfacción al observar un castigo, y no una pena acompañada de una adecuada reinserción social, que tanta falta le hace al país.
Soy fiel creyente de los derechos humanos, independientemente de quien seas o lo que hayas hecho, no vivimos al margen de la Ley del Talión, que más que ayudar, enferma a la sociedad.
Creo que todos y cada uno de nosotros tenemos derecho de contradicción; contar y que se escuchen las dos partes, la presunción de inocencia como principio rector del proceso; creo que hay abusos en nuestro sistema penal que perjudican a todas las partes; finalmente, la función de juzgar no me corresponde, yo no soy Juez, sin embargo, si soy quién para hacer lo que este a la medida de mis facultades y capacidades.
Como mujer sé que no se trata de defender por defender, sino buscar la pena más justa, o el procedimiento más benéfico para ambas partes.
Nunca estará de más auto cuestionarnos sobre nuestras decisiones, sin embargo, no permitas sentirte culpable por los desafíos y retos mentales que conlleva tu trabajo, por salvaguardar los derechos humanos y ejercer lo que te gusta.
Mi postura como feminista a lo largo de los años ha crecido, me he informado, algunos puntos se han trasformado, pero esencialmente no ha cambiado. Creo que a cada mujer le toca hacer lo que le corresponde desde su trinchera, sí eres abogada o quieres serlo, no dudes de tus capacidades, no olvides que tu opinión es válida y lo que tengas que decir importa; no dejes pasar las ofensas, las miradas, no normalicemos las faltas de respeto. Imponte y haz que tú presencia y voz se sienta, que se escuche; nunca olvides que eres mujer, que hay una larga historia detrás que permitió que estés parada donde lo estás hoy en día. Ennoblece lo que hagas en tu posición. Honra lo que eres gracias a ser mujer. La perspectiva que tienes por ser mujer. Enorgullécete de lo que eres.
Fernanda Bouquet Menéndez
Estudiante y pasante en derecho en Cuenca Abogados y Asociados, conductora en RadioCheckF1 y feminista.
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Correo: fbouquet@cuencaabogados.com
