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Asesinos múltiples: Seriales, en masa e itinerantes, diferencias

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Seguramente has oído de uno de estos asesinos. Muchos no olvidan que cobraron vidas y destruyeron innumerables familias con sus atrocidades. Los asesinos seriales son considerados como una de las peores clases de criminales, debido a que cometen sus crueldades por años, en la más devastadora impunidad; pueden estar ocultos en cualquier lugar de la sociedad sin que nadie se percate de su verdadera naturaleza, asesinan a tres o más víctimas, pero cada víctima es asesinada en ocasiones separadas. México ha registrado algunos de los crímenes más violentos perpetrados por este tipo de agresores, que por fortuna fueron detenidos.  La definición más aceptada, según el sitio criminalística.mx, es que se trata de una persona que comete tres o más asesinatos en un periodo de tiempo relativamente corto, que resulta ser un psicópata (falta de empatía, conciencia) a grado tal que su vida la pueden llevar en apariencia perfectamente normal, que algunos psiquiatras han llamado “la máscara de la sanidad”.

Según John Douglas, autor de varios libros, entre ellos The killer across the table (“El asesino del otro lado de la mesa”), experto en el mundo en asesinos seriales y quien logró meterse en la mente de asesinos en serie y, por cierto, fue la inspiración detrás de películas como “El silencio de los inocentes” y series como “Mindhunter”, consideró que “estas personas se hacen malvadas y son llevadas a hacer estos crímenes que ciertamente son malignos”, tuvo la idea de visitar a este tipo de criminales y entrevistarlos él mismo, entre los que se encuentra Edmund Kemper, un hombre de más de 2 metros de altura y 130 kilos de peso que había asesinado a su madre, sus abuelos y a siete mujeres, seis de ellas estudiantes universitarias, momento en el que Douglas descubrió que aquel odiaba profundamente a su madre, pues lo encerraba en el sótano de niño, donde degollaba y descuartizaba los muñecos de su hermana, a quien también odiaba porque era el centro de atención de su madre. “Más tarde hizo eso mismo con sus víctimas”, con lo que, Douglas consideró que los crímenes de Kemper “eran predecibles”.

En un contexto nacional, a decir del periodista Filiberto Cruz Monroy, autor del libro Asesinos seriales en México, este tipo de criminales matan por gusto, existen y están al acecho; podría ser tu vecino o alguien que conoces y te parece una persona normal, pero su mente está perturbada por viejos rencores y heridas ancestrales que nunca sanaron, como fue, entre otros, el caso de Francisco Guerrero Pérez, apodado “El Chalequero”, que se dice que por el año 1880 fue el primer asesino en serie capturado en México, quien durante su niñez sufrió abusos de su madre, pues lo golpeaba constantemente; además, Francisco era misógino, como lo hizo manifiesto en cada ocasión en que sólo asesinaba a mujeres prostitutas con una herida mortal en corte directo en el cuello; otro caso más, serían los asesinatos en la Ciudad de México, durante los años noventa y al inicio de la década del 2000, ejecutados por Juana Dayanara Barraza Samperio, conocida como la “mataviejitas”, quien buscaba mujeres ancianas, les hacía creer que era una enfermera y, una vez que la dejaban pasar a sus casas, las mataba a golpes, con armas punzocortantes o estrangulación; y, el caso de Andrés Ulises Castillo Villarreal, apodado “El descuartizador de Chihuahua”, quien durante su infancia sufrió abuso sexual y, a través de acciones brutales, revirtió los roles convirtiéndose en victimario, pues entre los años 2009 y 2015, abusó sexualmente y con una sierra descuartizó a sus víctimas, entre las que se cuentan doce hombres; casos en los que a dichos asesinos, se les detectaron anomalías mentales, que según los expertos que analizaron su psique, hicieron detonar su conducta humana, debido a que durante su adolescencia o niñez fueron abusados sexualmente, violentados por seres queridos, pues mientras que Francisco Guerrero Pérez sufrió constantemente violencia física en su niñez por parte de su madre, Barraza Samperio fue entregada por su madre alcohólica a un hombre que abusó sexualmente de ella a cambio de tres cervezas; en tanto que, Castillo Villarreal, había sufrido abuso sexual en su infancia.

Tal detonante mental se refleja en el modus operandi que siguieron estos asesinos en serie sobre sus víctimas, pues “El Chalequero” mataba prostitutas por su odio hacia las mujeres; en tanto, se sabe que Juana Barraza Samperio asesinaba “viejitas”, mujeres de la tercera edad, que según la psicóloga de apellido Ostrosky, la turbulenta relación con su madre condujo muy probablemente a dichos asesinatos; en tanto, Castillo Villareal asesinaba homosexuales, lo que tiene relación con el ataque sodomita sufrido de pequeño; antecedentes disfuncionales que, según la consulta en la página web criminalística.mx -sitio dedicado a la investigación forense-, al haber sido víctimas de abuso sexual, físico o psicológico en su infancia, en hogares destrozados, dieron como resultado un sentimiento de inferioridad y como dicha situación no mejoró en su edad adulta, provocó que sus crímenes fueran como una “válvula de escape” o un mecanismo compensatorio, que les da un sentimiento de poder y de venganza hacia aquellos que los dañaron en un pasado en que eran personas vulnerables, indefensas.

Por otra parte, tenemos que el asesino en masa es aquel que comete múltiples asesinatos en un mismo lugar y por una sola ocasión, ya sea en unos pocos minutos o durante un periodo de días, y pese a diversos acontecimientos ocurridos en diversas escuelas, tiendas de autoservicio, entre otros, sobre todo en los Estados Unidos de América, los asesinos en masa no han recibido mucha atención, debido al escaso conocimiento del fenómeno, pues generalmente cuando se cometen esos asesinatos en un solo lugar, cometidos por un solo individuo o por un grupo de personas, constituyen masacres que no tienden a causar temor social, a diferencia de los eventos constantes que realiza el asesino serial. Suelen ser, según los expertos en criminalística, personas frustradas y solitarias que actúan cegadas por la venganza, pues según James Alan Fox, profesor de Derecho Penal en la Northeastern University de Boston, lo que motiva a los asesinos en masa es el deseo de venganza: “Se ven a sí mismos como víctimas, perciben injusticia a su alrededor, culpan a los demás de sus propios fallos y antes de perder la vida, normalmente se la quitan ellos mismos, ante la necesidad de obtener cierta satisfacción por llevarse a otros consigo, castigando así a quienes consideran culpables”. Los autores suelen cometer suicidio después; por consiguiente, el conocimiento de su estado mental y los motivos detrás de sus acciones, se dejan muchas veces a la especulación. Ejemplos de asesinatos en masa, tenemos aquellos que son ejecutados por alumnos que acaban con la vida de sus compañeros de clase (Daria Negulescu, 2017).

Finalmente, los asesinos itinerantes, también conocidos como asesinos excursionistas o spree killer, se definen como aquellos que matan a tres o más personas en diferentes lugares, dentro de un periodo que puede variar desde unas cuantas horas hasta varios días. A diferencia de los asesinos en serie, ellos no vuelven a su comportamiento normal entre asesinatos. Existen varias escenas del crimen, generalmente cercanas entre sí. Es muy común que el asesino, tras cumplir su misión, se suicide o se produzca lo que se conoce como “suicide by cop” (suicidio por la policía), lo que implica que el atacante provoca una situación en la que la policía se ve obligada a matarlo (Burgess, 2006). Frecuentemente estos seleccionan sus víctimas al azar, pero también hay casos en los que estos buscan específicamente a aquellas personas que vayan a satisfacer las necesidades personales que presenten en ese momento, matando así por dinero, sexo o porque tienen “hambre” de matar (Daria Negulescu, 2017). Como ejemplo están los casos de los asesinos que andan “rondando las calles”, que en realidad lo que busca este criminal es morirse, pero decide hacerlo de una forma escandalosa y, de esta manera, vengarse de la sociedad que los ha “hecho fracasar”, característica que se observa también en los asesinos de masas (Manual del FBI).

De todo lo anterior, tenemos que el elemento común entre estas tres tipologías de asesinatos es el número de víctimas: tres o más.

En espera de que esta información acerca de los diferentes tipos de asesinos que abarca el término, nos permita establecer conclusiones al respecto, así como obtener un conocimiento más exacto y preciso acerca de lo que estamos hablando cuando nos referimos al asesino múltiple.

 

Mtra. Catalina Ochoa Contreras

Ex Jueza penal, Profesora de Derecho Penal y Abogada litigante.

Twitter: @catalin66321818

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