Si bien el documental “El portal: La historia oculta de Zona Divas” se mantuvo en el “TOP” de Netflix durante algunas de semanas, luego de su estreno en septiembre de 2024, prácticamente no se escucharon notas en la televisión abierta y las estaciones de radio populares, lo cual resulta desconcertante dado su impacto social. Su difusión se dio prácticamente de boca a boca y por los comentarios o reseñas a través de internet, donde los comentarios sobre su estreno se mezclan con decenas publicaciones de hace años cuando, aparentemente, en lo jurídico y en lo periodístico, se dio carpetazo al caso Zona Divas, hasta ahora que se estrenó este documental.
“El Portal” es un documental producido por Laura Woldenberg, dirigido por Astrid Rondero y Fernanda Valadez, y con Karla Casillas como jefa de investigación, además de un equipo robusto que se encargó de vigilar desde lo legal hasta la perspectiva de género durante su realización. Esta producción narrada en cuatro episodios, presenta de viva voz y por medio de notas de voz de sus protagonistas -o víctimas y ofendidos desde la óptica penal- las experiencias y trayectorias de vida de mujeres víctimas de explotación sexual, de homicidio y algunos de sus seres queridos. “El Portal” expone uno de los modelos de negocio más redituables para el crimen organizado, la trata de mujeres para fines de explotación sexual, el cual en términos económicos les resulta con mayores ingresos, incluso que el tráfico de drogas.
El título del documental hace referencia al medio a través del cual se lograba la dinámica criminal, “El Portal”, el cual se entiende como un portal o página en internet para referenciar al espectador a la página “Zona Divas”. Un portal en internet es sinónimo de plataforma, aplicación informática, interfaz, página de internet o cualquier otro medio de comunicación electrónica o digital que emplea una empresa de giro tecnológico para ofertar sus servicios a sus consumidores. La premisa de Zona Divas se cuidó de “no quebrantar la legalidad” y cuando se constituyó ante Notario Público se señaló que su objeto era prestar el servicio de publicidad en internet a modelos independientes.
Sobre la premisa de “prestar el servicio de publicidad a modelos independientes”, el negocio fue escalando: la portada del sitio muestra la página uno de “n” número de páginas, cada una de ellas promocionaba los perfiles de las modelos “Divas”, al darle clic a cada perfil se podían visualizar las fotografías y una descripción de cada modelo; aparecer en la página uno tenía un precio más elevado, dicho precio iba disminuyendo conforme se alejaban de las primeras páginas. La plataforma contaba con un administrador, llamado “Web Master”, el cual más delante abrió el espacio para que los consumidores o “clientes”, es decir, los hombres que contactaban mujeres a través del portal, podían reseñar sus encuentros, discutirlos y hacer recomendaciones, las opiniones de algunos de ellos llegaron a cobrar tanta relevancia que se hicieron llamar “Vacas sagradas” y ahora, las modelos también eran víctimas de las presiones del “Web Master” y de las “Vacas Sagradas” a cambio de mejores reseñas y una mejor ubicación en las primeras páginas.
La minuciosa investigación del equipo de producción, da cuenta del nacimiento del primer antecedente de “Zona Divas” en el año 2001 hasta 2007, cuando se logran las primeras detenciones de Ignacio Antonio Santoyo Cervantes alías “El Soni” y Antonio Villeda Martínez alías “El Toni”, ahí concluye la primera etapa del portal “divas. com”, para darle paso a “Zona Divas” el cual opero con toda tranquilidad entre 2010 y 2017.
Las “Modelos Independientes” no eran otras que, mujeres en contextos de vulnerabilidad, principalmente por motivos económicos, es decir, de pobreza y de violencia, provenientes de Centro y Sudamérica; la mayoría de ellas no sabían a qué venían a México.
El tema de la trata de mujeres para explotación sexual en México, es un problema vigente que no deja de crecer, debido a los problemas significativos en materia de seguridad, incluso de gobernabilidad en algunas regiones, que restringen cualquier forma de crecimiento, esto relacionado a que los contextos de vulnerabilidad son los favoritos de la delincuencia para elegir a sus víctimas; provocando que la añeja desigualdad económica, profunda y arraigada, en la que vivimos las y los mexicanos se siga agravando y reproduciendo.
Encadenada a la desigualdad económica va la desigualdad de género, a la cual siguen otros eslabones: las deficiencias en los sectores de salud, educación, trabajo y seguridad. Esto compone el caldo de cultivo ideal para que se reproduzca como un moho la delincuencia, no solo en México, sino en cualquier otro Estado con estas características.
Desde un análisis económico elemental de la trata de personas, los “costos” para echar a andar el sistema a través del cual opera, son bajos porque no hay propiamente una etapa de “producción” en la cual invertir para generar las “mercancías” con las cuales se “comercia”—o esa es la parcepción de los agentes delictivos—, se trata de seres humanos que son “cosificados” por los delincuentes, quienes encuentran en las víctimas lo que en relación con su perspectiva, serían “bienes no económicos”, es decir, que existen en tal abundancia que no hay necesidad de restringir el acceso a ellos con barreras al mercado, porque su demanda no supera producción. Así, sistemáticamente arrancan a una mujer de su medio, de su vida, en total impunidad. En otras palabras, el objeto material en este delito ya está proveído; simplemente reinician su dinámica y enganchan a otra mujer o la arrebatan de su medio por la fuerza.
Mientras se tolere la operación tanto de la oferta como de la demanda en la trata de mujeres para explotación sexual, continuará el “mercado de seres humanos”. Porque es cierto, este delito se “tolera” basta con observar algunas de las llamadas “zonas rojas” en cualquiera de las ciudades que pueda considerar el lector. Cabe precisar, a la persona lectora que en ningún momento estamos relacionando esto con el ejercicio libre del trabajo sexual como una manifestación de la autonomía de la voluntad individual de cualquier ser humano.
En sentido estricto, el dinero es un medio de pago, ¿cuándo se volvió más preciado que la dignidad humana? El engranaje detrás de la trata, es un sistema complejo basado en la distribución de beneficios significativos para sus operadores. Además, requiere cierto conocimiento técnico del sujeto activo para perpetuar sus operaciones y aprovechar o “lavar” los ingresos de la explotación y como en el caso presentado en “El Portal”, cada vez la delincuencia aprovecha mejor los conocimientos tecnológicos, cada vez más a la mano gracias a globalización.
Cerraré en esta ocasión, citando algunos datos que ya he referenciado en otras ocasiones sobre las mujeres como las principales víctimas de trata para explotación sexual, los cuales provienen de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito:
– En el Reporte Global 2009 de dicho organismo, del total de víctimas registradas, dos terceras partes fueron mujeres, de esa cifra el 79% sufrió explotación sexual;
– De las víctimas de trata provenientes de América Latina desde 2006, el 66% fueron mujeres.
– De las víctimas trasladadas desde Sudamérica hasta Europa, se ha notado un incremento en el número de mujeres de nacionalidad brasileña.[1]
Por favor vean “El portal: La historia oculta de Zona Divas”; gracias por tomarse el tiempo de leer.
Por Alberto Francisco Garduño. Abogado fintech en el sector privado y profesor de la Facultad de Derecho de la UNAM. Mis líneas de investigación son: teoría del delito, derecho de ejecución penal, derecho económico y derecho antidiscriminatorio.
X: @albertofco9
Referencias:
[1] Catta Preta, Andrea, Algunos datos relevantes sobre la Trata de Personas, Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, pp.1-4 [en línea] <https://www.unodc.org/documents/lpo-brazil/sobre-unodc/Fact_Sheet_ Dados_Trafico_de_Pessoas_geral_ESP.pdf> [consulta: 10 de noviembre, 2024].