Hoy celebramos en México el Día del Abogado, una fecha que se estableció hace 63 años gracias a la petición del ingeniero Federico Bracamontes, fundador del Diario de México, al entonces Presidente de la República, Adolfo López Mateos.
En el año 1553, se estableció la primera Cátedra para la enseñanza de Leyes en la Real y Pontificia Universidad de México, la primera institución de educación superior en el continente americano fundada el 25 de enero de dicho año. Esta institución es conocida hoy en día como la Universidad Nacional Autónoma de México.
La abogacía ha sido considerada durante mucho tiempo como una profesión de élite, donde los abogados eran reconocidos por su dominio del latín, su amplio conocimiento de la cultura general, su estatus social y su distinguido porte.
Aunque los tiempos han cambiado y los estereotipos se han modificado, lo que no debe cambiar es la sólida preparación, profesionalización y actualización constante tanto de los abogados en ejercicio como de aquellos que aspiran a serlo.
Uno de los propósitos del Derecho es brindar ayuda en la defensa de los derechos de quienes lo solicitan, así como en la protección y reparación de bienes jurídicos lesionados. Esto es de suma importancia, ya que alguien deposita su confianza en un abogado para enfrentar estas situaciones.
Los mandamientos del abogado escritos por Eduardo J. Couture en 1949 siguen siendo relevantes hoy en día. Permítanme transcribirlos para ustedes:
- Estudia: El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues aprendiendo, serás cada día menos abogado.
- Piensa: El Derecho se aprende estudiando, pero se aplica pensando.
- Trabaja: La abogacía es un arduo trabajo al servicio de la justicia.
- Lucha: Tu deber es luchar por el Derecho; pero si el Derecho entra en conflicto con la justicia, lucha por la justicia.
- Sé leal: Leal a tu cliente, al que no debes abandonar hasta que comprendas que es indigno de ti. Leal a tu adversario, incluso si él es desleal contigo. Leal al juez, que desconoce los hechos y debe confiar en lo que le dices, y que, en cuanto al Derecho, a veces debe confiar en lo que invocas.
- Tolera: Tolerar la verdad ajena en la medida en que quieres que toleren la tuya.
- Ten paciencia: El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su colaboración.
- Ten fe: Ten fe en el Derecho como el mejor instrumento para la convivencia humana, en la justicia como el destino natural del Derecho, en la paz como un sustituto amable de la justicia, y sobre todo, ten fe en la libertad, sin la cual no hay Derecho, justicia ni paz.
- Olvida: La abogacía es una lucha de pasiones. Si llevas el rencor en cada batalla, llegarás a un punto en el que la vida será imposible para ti. Después de la lucha, olvida tanto la victoria como la derrota.
- Ama tu profesión: Considera la abogacía de tal manera que, si tu hijo te pide consejo sobre su futuro, consideres un honor sugerirle que se convierta en abogado.
Ser un verdadero abogado implica más que cumplir una currícula, obtener un título y una cédula profesional. Requiere una preparación continua a lo largo de la vida y el compromiso con valores éticos como guía para el desempeño y comportamiento profesional.
En la actualidad, la tecnología ha influido en la forma en que compartimos conocimientos a través de las redes sociales y plataformas digitales. Debemos aprovechar al máximo estas herramientas para acceder a conferencias, cátedras y discursos de destacados juristas de todo el mundo con solo un clic. También podemos beneficiarnos de libros digitalizados y videos relacionados con la práctica legal.
Hoy quiero reconocer y agradecer a nuestros grandes profesores, quienes con pasión, profundo conocimiento y sentido de solidaridad nos transmiten su sabiduría y experiencias para una mejor formación.
A los estudiantes de Derecho, les sugiero que nunca olviden su propósito inicial y que no se rindan a pesar de las adversidades que puedan enfrentar. La recompensa y la satisfacción valdrán la pena al final del camino.
Feliz día a todos aquellos que, de una u otra forma, ejercen nuestra profesión, tanto en el ámbito público como en el privado.
Agradezco a todos aquellos que se toman unos minutos de su tiempo para leerme. ¡Hasta la próxima!
Imelda Nathaly González Guevara
Maestra en Derecho, Profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México.
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