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Delitos de odio: una cuenta pendiente en México

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El homicidio de Ociel Baena y su pareja, Dorian Daniel Nieves, ha generado un fuerte impacto en la sociedad mexicana. Baena fue la primera persona reconocida legalmente como no binaria en México y desempeñaba el papel de magistrado en el Tribunal Electoral de Aguascalientes, lo que convierte este homicidio en más icónico aún si cabe.

En los últimos años, algunas sociedades han ido conociendo y dando mayor visibilidad a determinados colectivos especialmente vulnerables como lo son las mujeres, las personas mayores o las personas LGTBIQ+: cuál es su realidad, cuáles son sus derechos y, también, cuáles son sus vulnerabilidades.

Una de las realidades que están asociadas al grupo LGTBIQ+ es la alta probabilidad que estas personas tienen de sufrir los denominados como delitos de odio. Pero ¿sabemos en qué consisten este tipo de delitos?

Los delitos de odio representan una manifestación extrema de la intolerancia y la discriminación en nuestras sociedades. Estos actos no solo dañan a las víctimas individuales, sino que también envían ondas de miedo y división a comunidades enteras. Desde una perspectiva criminológica, es crucial comprender la naturaleza, las causas y las consecuencias de estos delitos para abordar eficazmente sus raíces y prevenir su propagación.

Los delitos de odio se definen como actos criminales cometidos contra individuos o grupos debido a su afiliación a una determinada raza, religión, orientación sexual, género, discapacidad u otra característica protegida. Estos delitos van más allá de la violencia individual; representan un ataque directo contra la identidad de las víctimas y, a menudo, buscan infundir miedo en comunidades enteras.

Desde una perspectiva criminológica, es esencial examinar las características distintivas de los delitos de odio. Estos actos suelen ser más violentos y destructivos que otros crímenes, ya que están motivados por el odio y la intolerancia. La selección de las víctimas se basa en estereotipos y prejuicios arraigados, lo que contribuye a la perpetuación de la discriminación.

La criminología busca comprender las causas subyacentes de los delitos de odio para desarrollar estrategias de prevención efectivas. Entre las causas identificadas se encuentran el extremismo ideológico, la falta de educación y conciencia, la marginalización social, y la influencia de grupos que promueven el odio.

La teoría del conflicto social y la teoría del etiquetado ofrecen perspectivas criminológicas útiles. El conflicto social surge cuando grupos con diferentes características entran en competencia, mientras que el etiquetado destaca cómo las etiquetas sociales pueden influir en el comportamiento de las personas. En el contexto de los delitos de odio, estas teorías sugieren que la intolerancia se alimenta de la competencia y la percepción de la diferencia.

Desde una perspectiva criminológica, es crucial analizar el impacto de los delitos de odio en las víctimas y en las comunidades en general. Las víctimas no solo enfrentan lesiones físicas, sino que también sufren traumas psicológicos significativos. Además, estos delitos pueden dividir comunidades, generando desconfianza y miedo.

La teoría de la victimización secundaria es relevante en este contexto, ya que destaca cómo la respuesta de la sociedad y las instituciones puede agravar el sufrimiento de las víctimas. La estigmatización adicional, la falta de apoyo y la insensibilidad institucional pueden contribuir a la perpetuación del ciclo de odio.

Para abordar los delitos de odio, la criminología propone respuestas multifacéticas. Las estrategias deben incluir la sensibilización pública, la educación contra la intolerancia y la promoción de la diversidad. Además, es fundamental mejorar la respuesta policial y judicial para garantizar que los delitos de odio se investiguen y castiguen de manera efectiva.

Desde una perspectiva criminológica, abordar los delitos de odio implica un enfoque integral que combine la comprensión de las causas subyacentes, el impacto en las víctimas y comunidades, y estrategias efectivas de prevención y respuesta. Al hacerlo, podemos avanzar hacia una sociedad más justa y tolerante, donde la diversidad sea celebrada y los delitos de odio sean relegados al pasado.

A día de hoy muchos de estos delitos no están catalogados como tales y es de vital importancia hacerlo para poder incidir en la base del problema.

El reciente homicidio de Ociel Baena y Dorian Daniel Nieves quizá sea el punto de inflexión que México necesita para avanzar en la observación de los derechos del colectivo LGTBIQ+ y para reconocer estos asesinatos como lo que son: delitos de odio.

Victoria Pascual Cortés

Socióloga y Criminóloga especializada en intervención con víctimas mujeres y víctimas menores.

Escritora del libro “Asesinas, ¿por qué matan las mujeres?”, profesora universitaria, divulgadora científica, perito judicial y miembro de la Junta de Gobierno, como Vocal de Formación, del Colegio Profesional de la Criminología de la Comunidad de Madrid, España.

Twitter: @apuntecriminal

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