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El juicio vs García Luna: llanto, nervios y muchas dudas en la selección del jurado

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Fuente: Reuters

Por: Arturo Ángel (Desde Brooklyn, NY)

“Me da mucho nervio… no sé cómo voy a reaccionar cuando ese señor esté en la misma sala, tengo miedo…”

La voz entrecortada es de una mujer de unos 55 años. Se mueve incómoda en el estrado. Se frota constantemente las manos. Unas horas antes leyó el papel que le envió el juzgado donde aparecen palabras como “el cártel”, “las drogas” o “crimen organizado”. Pareciera preguntarse cómo es que terminó en medio de eso.

No es la única. Ella forma parte de un grupo de 60 personas que la Corte del Distrito Este de Nueva York, situada en Brooklyn, citó ayer a las 8:30 de la mañana para ser interrogados. De ellos, y de otro grupo que comparece hoy, saldrán los 12 integrantes del jurado que decidirá si el exsecretario de Seguridad de México, Genaro García Luna, es condenado.

Estudiantes, maestras, cuidadores, obreros, enfermeras, comerciantes, veteranos, jubilados. Hay de todo. Sus nombres se mantienen en secreto.

“El señor, el acusado, ya está en la sala”, le dice la jueza Peggy Kuo a la señora que acaba de expresarle sus temores. La candidata al jurado voltea por un instante su mirada hacia los escritorios. García Luna no la ve, pero la sonrisa del exfuncionario – registrada por la cámara que tiene de frente – es visible.

“Thanks for your service, you are excused”, agrega la jueza para despedir a la mujer que sale a paso apresurado de la sala. Se va aliviada: no formará parte de la selección final del jurado.

Momentos como este se repitieron ayer en la audiencia que se extendió por más de nueve horas, y donde las objeciones y dudas de los potenciales candidatos a jurados marcaron el tenor del día.

Hubo quienes por temor o miedo expresaron su resistencia de participar en el proceso. Otra mujer terminó rompiendo en llanto en plena Corte al señalar que no se sentía con la fuerza ni tranquilidad para poder desempeñarse en el proceso.

Mas allá de toda duda razonable

Y es que no es una tarea cualquiera la que se exige a estas personas. En los Estados Unidos los juicios son similares a los de México – que de hecho copió el modelo – salvo por una diferencia importante: la culpabilidad o inocencia no la determina el juez sino un jurado conformado por ciudadanos, quienes tras escuchar a las partes deliberan y determinan si una persona es culpable “más allá de toda duda razonable”.

Pero para que esto funcione tiene que haber personas dispuestas a participar justamente como jurado. Es una tarea que en este país se concibe como un “servicio” que es importante atender y desempeñarlo, o al menos presentarse y argumentar porque no es posible hacerlo.

Para el caso contra García Luna, al que los fiscales estadounidenses buscan condenar por supuestamente ayudar al Cártel de Sinaloa a introducir cocaína, se sortearon a 400 personas a las que se mandó un cuestionario. De ellas y a partir de sus respuestas se preseleccionaron a 120 que son las citadas a comparecer ante el tribunal para precisar el alcance de sus respuesta.

A la jornada de ayer asistieron, en total, 57: 30 mujeres y 27 hombres quienes se pararon frente a la jueza para atender los cuestionamientos. 30 de ellos han quedado “excusados”, es decir, descartados de la selección final, entre ellos los ya descritos.

También se descartó a aquellos que tenían impedimentos logísticos para garantizar su presencia durante las ocho semanas que la jueza prevé que dure el juicio. Entre ellos figuraron aquellos que no tenían garantizado que en sus trabajos les siguieran pagando aun cuando no pudieran presentarse por atender la cita en el Tribunal, más los que expresaron que tenían que cuidar a un familiar enfermo, o atender a sus hijos.

Muchas dudas…

Un tema en el que coincidieron varios de los ciudadanos entrevistados, y que parecería ser un adelanto de uno de los puntos más polémicos del juicio, es en cuanto a la credibilidad de los llamados “testigos colaboradores”, que son en su mayoría criminales procesados que, a cambio de beneficios, accedieron a declarar en contra de García Luna y fortalecer el caso de la fiscalía.

Fueron al menos cinco ciudadanos los que expresaron sus dudas sobre su uso y fue más de uno el que expresó que “le gustaría ver más evidencia” para realmente darle validez a dichos testimonios.

Los cuestionamientos incomodaron al equipo de fiscales quienes pidieron a la jueza ahondar en si dichos ciudadanos, más allá de sus reservas, estarían dispuestos a darle validez suficiente al testimonio de un testigo colaborador incluso cuando no haya otra evidencia que lo confirme, si es que el juez Bryan Cogan (quien llevará la parte medular del juicio), lo autoriza.

Al menos dos de esos ciudadanos reconocieron que no serían capaces de hacer eso y por ello fueron descartados. Pero hubo el caso de una mujer, una joven de unos 30 años, que de forma articulada dejó en claro que no le parecía una situación deseable pero que pese a sus reservas atendería lo que el juez dijera.

Los fiscales intentaron que la jueza Kuo excusara la joven, pero la magistrada se negó tajantemente. “Ella ha dicho que puede ser imparcial y yo le creo, y ya tomé mi decisión”, sentenció de forma tajante.

También hubo testigos que expresaron opiniones críticas respecto al papel que han jugado los Estados Unidos en la llamada “guerra vs las drogas”. Uno dijo que ha causado más muertes de las que ha prevenido. Una mujer señaló que consideraba que en realidad era política para “subyugar” a sectores vulnerables. Hubo quienes opinaban que debía legalizarse la marihuana y otros que debía legalizarse todas las drogas en general.

La jueza aclaró a los ciudadanos que este no era un juicio sobre nada de eso, sino sobre la participación de un solo individuo – García Luna – para cometer hechos que la ley hoy marca como delitos. En ese contexto les pidió tener “la mente abierta” para centrar su mirada en ese objetivo: discernir si la evidencia del Gobierno – es decir los fiscales – es suficiente para condenar a esa persona por esos delitos.

“Creo poder hacerlo”, “espero poder lograrlo”, “trataré de dar lo mejor”, fueron algunas de las respuestas de los ciudadanos que se mostraron más capaces de desempeñar la tarea.

Fuente: @arturoangel20

Lo que sigue: jurado y juicio… sin pacto

A las 9 de la mañana de este miércoles se reanuda en la Corte de Brooklyn la audiencia de selección de jurado del juicio con las entrevistas al segundo grupo de 60 personas preseleccionadas. La jueza Kuo expresó a las partes que espera poder avanzar con mayor velocidad en las entrevistas para el jueves abordar la selección final del grupo de 12 ciudadanos.

En ese contexto se proyecta que sea la semana del lunes 23 de enero cuando el proceso pase a manos del juez Bryan Cogan y finalmente se presenten las imputaciones formales y pruebas del caso.

Aunque en los últimos meses se difundió la posibilidad de que el exfuncionario buscara un acuerdo con los fiscales a cambio de una pena reducida y evitar el juicio, el abogado Cesar de Castro – quien encabeza el equipo de defensa – desechó de plano esta posibilidad al concluir la primera audiencia.

“Nosotros vamos al juicio, No hay negociaciones, no hay acuerdos, no hay nada. Estamos ya en el proceso del juicio” dijo en entrevista.

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