Como lo he abordado en temas anteriores el Derecho penal tendrá ciertas limitaciones cuando se trate de buscar en casos concretos una explicación del origen, causa o forma de comisión de la conducta criminal realizada por el activo en un hecho, en donde es necesario realizar un estudio y análisis del lugar de hechos, los objetos, sujetos o de todos esos indicios que nos puedan dar una luz de lo que ahí sucedió y cómo sucedió.
Es ahí donde el abogado penalista necesitará la ayuda e intervención de especialistas que le permitan establecer mediante el conocimiento y aplicación de diferentes ciencias o técnicas las causas, formas, así como los medios utilizados por el delincuente para la realización de la conducta delictiva, auxiliándose de las diversas disciplinas, como lo es la criminalística.
Conocida como una de las ciencias auxiliares del Derecho Penal o del Derecho en general, algunos autores también la llaman “Ciencia del pequeño detalle”, precisamente porque su trabajo se centra en los detalles investigativos para lograr hallar lo más cercano a la verdad del delito cometido, es por ello que se conforma por diversas áreas van a permitir lograr dicha finalidad, este caso hablaré sobre una de sus áreas de estudio como lo es la hematología forense.
La hematología forense es una rama especializada de la medicina forense que se dedica al estudio de la sangre y sus componentes en el contexto de investigaciones penales. La importancia de esta rama radica en que la sangre es una de las fuentes principales de evidencia en casos criminales, de ella se puede obtener información crucial en una investigación y poder encontrar una posible solución del crimen, identificar a los autores y establecer la secuencia de los eventos en el lugar de los hechos.
La investigación de las manchas de sangre va a permitir conocer datos como las posiciones de la víctima y delincuente y otros objetos, la secuencia de acontecimientos del hecho, el tipo de objeto utilizado, la dirección y el tipo de golpeo, etcétera, por lo que se debe hacer en primer lugar en un lugar de los hechos es el diferenciar las manchas de sangre de otro tipo de manchas que sean similares o con esa misma apariencia, atendiendo a diversos factores como la zona en que se encuentra la mancha, en superficies absorbentes o no absorbentes, dura, lisa o rugosa, ya que este tipo de características darán una forma determinada a las gotas.
Cuando se trata de superficies absorbentes como la ropa, la identificación de la sangre dependerá del color del tejido y de antigüedad de la mancha, por ejemplo, si la prenda es de un color claro y la mancha es reciente el color será de un rojo oscuro, pero si trata de una mancha antigua será un rojo ennegrecido. Por otro lado, habrá casos en los que la ropa haya sido lavada con la intención de ocultar evidencia del hecho, se tendrán que aplicar mecanismos especiales de limpieza para lograr mantener la mancha, aunque un tono rosa irregular.
Tratándose de tejidos absorbentes de tonos más oscuros se torna un poco más complicado encontrar restos de sangre, por lo que en estos casos se emplea una sustancia llamada luminol, el cual de acuerdo con el observatorio judicial se trata de una técnica para la detección de sangre en superficies en donde se presume existen rastros de sangre, pero sobre todo en lugares que ya han sido alterados, lavados o hechos que han ocurrido tiempo atrás.
El luminol se aplica sobre cualquier superficie como tela, madera, cartón o vidrio en completa oscuridad, este reactivo muestra una alta sensibilidad ante la presencia de sangre, es capaz de detectar cantidades muy pequeñas de hemoglobina, proteína constitutiva de la sangre. En cuanto a la eficacia de esta sustancia se dice que puede permitir observar reacciones positivas en muestras divididas hasta diez mil veces y detectar manchas hasta de 25 años de antigüedad.
Cabe mencionar que lo anterior atenderá a las diferentes temperaturas climáticas del lugar en donde se aplica, lo que será determinante su eficacia y por ende convierte en relativo el tiempo de su aplicación.
Es mucha la información que las manchas hemáticas nos pueden dar del lugar de los hechos como, por ejemplo: la identificación de las personas involucradas, establecimiento de la causa de la muerte, si es el caso, establecimiento de la secuencia de eventos, evaluación del tiempo transcurrido desde el crimen y la evaluación de heridas y lesiones.
1. Identificación de las personas involucradas: Uno de los usos más fundamentales de la hematología forense es la identificación de las personas involucradas en un crimen. A través del análisis de muestras de sangre, los expertos pueden determinar la identidad de las víctimas y los sospechosos a través de la tipificación de grupos sanguíneos, pruebas de ADN y comparaciones de perfiles genéticos. Esto es esencial para establecer la conexión entre una persona y el lugar de los hechos.
2. Establecimiento de la causa de la muerte: En casos de homicidio, la hematología forense desempeña un papel crucial en la determinación de la causa de la muerte. El examen de muestras de sangre puede revelar la presencia de toxinas, drogas, venenos o enfermedades que pueden haber contribuido a la muerte de la víctima. Además, el análisis de la sangre puede indicar si se ha producido una hemorragia interna como resultado de un trauma físico.
3. Análisis de manchas de sangre: Las manchas de sangre en la escena del crimen son pistas valiosas para los investigadores. La hematología forense se utiliza para determinar si la sangre es humana o animal, y si es humana, se pueden realizar pruebas de ADN para identificar a la persona de la que proviene la sangre. Esto es crucial para establecer la ubicación de las víctimas y los posibles agresores en la escena.
4. Establecimiento de la secuencia de eventos: El análisis de la sangre también puede ayudar a los investigadores a reconstruir la secuencia de eventos en un crimen. La presencia y distribución de la sangre en una escena puede indicar cómo se desarrollaron los hechos, qué movimientos se realizaron y qué armas se utilizaron. Esta información es esencial para la reconstrucción del lugar de los hechos.
5. Evaluación del tiempo transcurrido desde el crimen: La hematología forense también puede ser utilizada para determinar el tiempo transcurrido desde la comisión del crimen. Los cambios en la sangre y sus componentes a lo largo del tiempo, como la coagulación y la degradación, pueden proporcionar pistas sobre cuándo ocurrió un evento.
6. Evaluación de heridas y lesiones: En casos de agresión o abuso, el análisis de la sangre puede ayudar a evaluar la gravedad de las heridas y lesiones sufridas por la víctima. Esto puede ser crucial en la determinación de la gravedad del delito y en la identificación de patrones de abuso.
En conclusión, la hematología forense es una herramienta esencial en la investigación penal, ya que proporciona información valiosa que puede ayudar a resolver diversas conductas ilícitas, identificar a los culpables y garantizar la justicia. A través del análisis de la sangre y sus componentes, los expertos en hematología forense desempeñan un papel fundamental en la búsqueda de la verdad en casos criminales.
De ahí la importancia de contar con especialistas en esta área forense que permitan a la autoridad judicial realizar una investigación lo más apegada posible a lo que realmente ocurrió en un determinado lugar, así como para el abogado postulante será vital conozca y puede auxiliarse de estos especialistas que le ayuden a robustecer y acreditar su versión de los hechos.
“El análisis de ADN es una poderosa herramienta para identificar a los culpables.”
Anónimo
Zulene Yazmin Barrientos Salinas
Licenciatura en Derecho por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ)
Maestrante en Derecho Procesal Penal y Juicios orales
Catedrático de la Licenciatura en Derecho de la Universidad Tecmilenio campus La Torres, Mty. N.L.
