Por: Benjamín Canela Manzo
México geográficamente esta junto al país más poderoso del mundo donde se concentran los emporios financieros más fuertes, el control de armas nucleares más considerable, el poder adquisitivo más fuerte, así como la concentración de economías mundiales.
Nuestro país ha sido siempre un trampolín para varios objetivos como: el tráfico de personas y de estupefacientes entre otros, en los años setentas se empezó a comercializar de una manera considerable la mariguana los países productores eran Colombia, Bolivia y Perú ahí era la producción a granel de mariguana, gran parte de esta se transportaba a los Estados Unidos de Norteamérica ya que era el país con más alto índice de consumo y donde se tenía el poder adquisitivo más sólido.
En estos años empezaron a nacer las células delictivas del tráfico de estupefacientes como el cartel de Guadalajara en esos momentos uno de los más poderosos de la historia ya que fue el iniciador y detonante del tráfico de droga hacia los Estados Unidos donde se empezaron a crear más grupos delictivos, este delito fue evolucionando y se empezó a crear una codependencia con el estado mexicano y los estados unidos de Norteamérica, ya que era un gran negocio a todas luces, los gobiernos en ese entonces fueron muy omisos ya que se intuía que existía acuerdos y negociaciones de ahí fue donde este negocio creció de una manera desmedida los grupos delictivos cada vez tenían más poder en México y de ser el trampolín de paso para transportar la droga que provenía de Colombia, se convirtió en un gran productor de drogas en especial en la sierra de Sinaloa dónde era el centro geográfico del país donde se formaron los más poderosos narcotraficantes de la historia esta fue la época del detonante de la marihuana. Posteriormente comenzaron a aparecer otro tipo de drogas como la cocaína y la heroína.
A mediados de los 80 y principios de los 90, el Narcotráfico se convirtió en una empresa Nacional e Internacional ya que esta actividad delictiva y antisocial penetro a los sectores, industriales, empresariales, financieros y hasta ideológicos esto se tradujo en un delito conocido coloquialmente como lavado de dinero, una actividad operativa y financiera que ha generado grandes dividendos, esto para disfrazar el dinero que proviene de procedencia ilícita y de actos criminales así como de la venta de estupefacientes.
En los 90 se empezó a convulsionar el tráfico de drogas en el Estado Mexicano ya que aparecieron varios carteles de las drogas como el cartel de Sinaloa, el cartel de Juárez, el cartel del Golfo y el cartel de Tijuana, los cuáles querían adquirir más poder y esto de tradujo en una guerra por el control del territorio dónde transportaban y vendían los estupefacientes; varios narcotraficantes fueron detenidos y extraditados a Estados Unidos y otros fallecieron.
Posteriormente el cartel de Sinaloa quedo como uno de los carteles más poderosos de México y del mundo, en los sexenios de gobiernos Panistas, se cometieron varios errores en el combate al Narcotráfico, ya que de una manera desesperada para erradicar la violencia sacaron a las Fuerzas Armadas de sus cuarteles de una manera radical, lo cual genero más violencia y resultados negativos al combate al narcotráfico.
En años subsecuentes se han generado pláticas y acuerdos con el país vecino del Norte para coordinar la lucha en contra de este delito que sigue creciendo en proporciones desmedidas.
Para hacer frente al problema del narcotráfico, en junio de 2008 el Gobierno Federal de México aprobó una reforma al sistema de justicia penal, elaborada por diferentes sectores de la sociedad (el poder ejecutivo, el legislativo y grupos de la sociedad civil interesados en el tema como el Centro de Estudios de Política Criminal, CEPOLCRIM) que gira sobre tres ejes fundamentales: establecer un sistema penal acusatorio y oral que sustituya al sistema inquisitorio que prevalecía hasta hace algunos años, con el fin de implementar juicios más expeditos y transparentes; establecer criterios homólogos y rigurosos para la certificación, selección, permanencia y promoción de los cuerpos policiales y, por último, reformar las leyes locales y federales referentes a los delitos de delincuencia organizada. Tal reforma a pesar de que cuenta con el consenso de la mayoría de los sectores que participaron en su elaboración, tiene una serie de retos que cumplir para lograr sus objetivos, uno de éstos y quizá el primero y más importante, es hacer converger las diferentes opiniones sobre la forma en que se debe implementar en todos los estados de la República Mexicana.
Benjamín Canela Manzo Catedrático de la facultad de derecho por la UNAM con 19 años de antigüedad académica, es especialista en juicio de amparo, imparte las cátedras de derecho penal militar y derecho administrativo y ha impartido clases en el Consejo de la Judicatura Federal en el Instituto de Formación Profesional de la Fiscalía General de la CDMX
