La violencia vicaria, es un tipo de violencia de género que afecta a millones de mujeres, en la cual se utiliza a las hijas y/o hijos para causar daño a las madres. Este concepto fue desarrollado hace aproximadamente diez años, por la psicóloga Sonia Vaccaro, con el propósito de analizar la violencia que se produce al llevarse a cabo una separación.
El término vicario se refiere a “una forma de violencia de género en donde un individuo busca dañar, castigar o ejercer control sobre una mujer a través del sufrimiento perpetrado a sus hijos, familiares u otras personas cercanas a ella” (Kohanm,M:2024). Un ejemplo común podemos encontrarlo cuando durante divorcios, el padre utiliza la relación con sus hijos como un mecanismo de control y castigo, limitando el contacto de éstos con la madre.
Esta violencia se encuentra regulada en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y su artículo 6 fracción VI define a la violencia vicaria como “cualquier acto u omisión que, con el objetivo de causar perjuicio o daño a las mujeres, se dirige contra las hijas y/o hijos, familiares o personas allegadas, ya sea que se tenga o se haya tenido relación de matrimonio o concubinato; o mantenga o se haya mantenido una relación de hecho con la persona agresora; lo anterior aplica incluso cuando no se cohabite en el mismo domicilio”.
Este artículo también señala las conductas que pueden constituir violencia vicaria, entre las que se encuentran: amenazar con causar daño a las hijas e hijos; amenazar con ocultar, retener o sustraer a hijas e hijos fuera de su domicilio, utilizar a las hijas o hijos para obtener información de la madre, promover, incitar, o fomentar actos de violencia psicológica que descalifiquen la figura materna afectan el vínculo de la madre e hijo, interponer acciones legales con base en hechos falsos en contra de las mujeres para obtener la guarda y custodia o pérdida de la patria potestad de las hijos y/o hijos en común, condicionar el cumplimiento de las pensiones alimenticias, entre otras.
La violencia vicaria sigue siendo uno de los problemas más graves en nuestra sociedad, al constituir una agresión en contra de las mujeres, ya que, como se ha mencionado, se utiliza a sus hijos e hijas para ejercer un daño en contra de ellas. Si bien es cierto, no existe una base de datos estadísticos claros, lo cierto es que, es una violencia que continúa perpetrándose y aumentando.
La Asociación Caso 992 señaló que de cada 100 madres 33 de ellas sufren por la falta de impartición de justicia y más de 11.2 millones de mexicanas son afectadas por la falta de pago de pensión alimenticia, lo cual afecta a 28 millones de personas, incluidos niñas, niños y adolescentes
De acuerdo con datos de la RTA diciembre de 2024 se han iniciado 101 carpetas de investigación por violencia vicaria en la entidad, que no han derivado en ninguna sentencia hasta el momento.
De conformidad con la encuesta realizada por el Frente Nacional contra la violencia vicaria, en 2022, se han presentado 2,231 casos, en donde en el 86% de los casos el agresor amenazó a la mujer en hacerle daño a través de sus hijas e hijos.
A fin de buscar acciones tendientes a erradicar este tipo de violencia, el 11 de febrero de 2025, varias mujeres vestidas de novias, pertenecientes al colectivo Las Novias Caso 992, se colocaron a las afueras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la Ciudad de México, a fin de solicitar a las autoridades tomen medidas destinadas a la protección a las mujeres madres víctimas de este tipo de violencia.
Lo anterior, a partir de la presentación de un documento llamado amicus curiaie, el cual tiene como propósito evitar que la ley sea utilizada en contra de las víctimas durante litigios en materia familiar, y evitar que las mujeres sean sancionadas por proteger la integridad de sus hijos.
Este documento solicita que la Suprema Corte de Justicia realice modificaciones a diversos criterios, sobre todo que se reconozca el derecho de las madres de ponerse y poner a salvo a sus hijos.
Esta iniciativa constituye un avance para concientizar sobre la necesidad de la creación de medidas de protección a favor de las madres tendientes a que al momento de ser víctimas de esta violencia y al buscar proteger la integridad de sus hijos y de ellas mismas, no sean encarceladas o lleven algún tipo de procedimiento penal o familiar en su contra. Además, debemos de transitar hacia la creación de datos estadísticos, a fin de contar con información precisa para comprender el impacto que este tipo de violencia genera en nuestra sociedad, así como la necesidad de que la Ley Vicaria sea aprobada en todos los Estados de la República.
María Fernanda Barrientos Tamariz. Licenciada en Derecho egresada de la Universidad Iberoamericana. Maestra en derechos humanos. Abogada en temas relativos a derechos humanos y materia penal.
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