Por Estefanía Morales Arenas
A inicios de sexenio, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, decretó la creación de un cuerpo de seguridad de corte civil: la Guardia Nacional (GN), enfatizando siempre en la NO MILITARIZACIÓN del país, a pesar de que el 90% del personal pertenece a las Fuerzas Armadas. No obstante, ante la polémica de la incorporación de la GN a las filas de la SEDENA, habrá que analizar si conviene o no al país que eso suceda, pues todavía hay quienes fingen sorpresa.
La facultad del Presidente Andrés Manuel de expedir acuerdos desde inicios de sexenio ha sido exactamente ejercida conforme a la visión de lo que él considera benéfico para el país, por eso empiezo aclarando que no se trata al momento de una reforma legislativa, sino de una reforma administrativa.
Y es que en días recientes el Presidente adelantó: Voy a emitir un acuerdo para que ya por completo la Guardia Nacional dependa de la SEDENA y esperamos el resultado de la reforma.
Sin embargo, es fundamental recordar los documentos normativos existentes ante tal declaración: Ley de Guardia Nacional, y el Acuerdo por el que se dispone de la Fuerza Armada permanente para llevar a cabo tareas de seguridad pública de manera extraordinaria, regulada, fiscalizada, subordinada y complementaria.
Este último, a mi visión jurídica blindó la articulación entre ambos cuerpos, por lo que uno nuevo me parece innecesario, a reserva que se doten mayores facultades y/o funciones a la SEDENA. Lo que sí es un hecho, es que servirá como un Detente para la puesta en marcha en lo inmediato de la incorporación de la GN, en caso de que en el Congreso de la Unión no avancen posibles reformas constitucionales y la oposición comience a maniatar, nada detendrá tal maniobra presidencial.
Pero vamos por partes, de acuerdo al ENVIPE 2021, los delitos con mayor cifra negra son el secuestro (98.6%), la extorsión (97.9%), el fraude (96.7%), el robo parcial de vehículo (94.4%), el robo o asalto en calle o transporte público (94.4%) y el robo a casa habitación (90.6%), si bien es cierto la crisis de inseguridad en la que nos encontramos implica medidas urgentes, contingentes y preventivas por el Ejecutivo Federal, los Estados y Municipios, también lo es que es un problema viejo, y que con la creación y articulación de dichos cuerpos de seguridad y militar, se le sigue debiendo a las familias mexicanas, pues las causas profundas de la inseguridad subsisten.
A lo anterior se agrega la merma económica que la violencia ha generado, se estima que representa alrededor del 10% del PIB. El impacto económico del homicidio en el país ha aumentado 156% desde 2017, posicionándose con el mayor incremento entre los países de América Latina y el Caribe [1].
Lo anterior es inaceptable para la sociedad mexicana, y para otros es inaudito la incorporación de la GN a la SEDENA, púes a decir de ellos se consuma la militarización del país, cuando esto ya fue ejecutado hace tres años.
La respuesta de si beneficia o no a México, está en los resultados a mediano y largo plazo, y sí, los resultados a mediano plazo no son los más alentadores, de ahí que se presupone la necesidad presidencial de realizar modificaciones, sin embargo, considero que tales ajustes deben de ir a dos velocidades la primera: en medidas reactivas y contingentes, y la segunda: en medidas preventivas que en este caso tiene que ver con reforzar la formación profesional y de especialización de la GN para tareas civiles, al margen de la castrense, pues hay que decirlo con toda claridad esta Institución de Seguridad Pública no ha madurado lo suficiente y eso es evidente cuando ocurren casos como el del 03 de marzo del 2022, donde elementos de la GN abusaron sexualmente de un hombre y una mujer, hechos ocurridos en diferentes momentos, pero en el mismo municipio, Ecatepec, Estado de México.
Por eso, no hay más, los hechos delincuenciales implican grandes velocidades en los cambios del Poder Ejecutivo Federal y si conviene o no de que la GN pase a la SEDENA esto de facto ya es así, tiempo al tiempo.
Mtra. Estefanía Morales Arenas
Twitter: @estefaniarenasm
Cita.
[1] El valor económico de la paz, Instituto para la Economía y la Paz (2020).
