Por Irving Regino
Twitter: @irvingregino
De acuerdo con nuestra legislación, a nivel constitucional, todas las personas somos iguales ante la ley, sin embargo, dicho precepto se rompe cuando se tocan intereses de quienes gobiernan, me refiero a nivel procesal. Y es que lo anterior cobra relevancia cuando se pone en riesgo el prestigio y credibilidad de las autoridades mexicanas; ejemplo de ello es el siguiente caso; en el mes de mayo del presente año, aconteció un doble homicidio en la Alcaldía de Gustavo A. Madero en Ciudad de México, donde un sujeto privo de la vida a una joven de 16 años y a su padre y posteriormente escapo junto con otro sujeto a bordo de una motocicleta, quedando registrado el hecho en video.
Al día siguiente, nuestro flamante Secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, publicó en su twitter que ya habían detenido a los que habían participado en el hecho ocurrido el 25 de mayo de la presente anualidad. El primer punto a destacar es que, para que una persona pueda ser detenida deben cumplirse ciertos requisitos, como lo es, al momento de estar cometiendo el hecho delictivo, por ser perseguida al momento de ser sorprendida cometiéndolo o bien, que algún testigo o la propia víctima haga el señalamiento y al momento de ser inspeccionada se le encuentren a la persona objetos relacionados con el delito; luego entonces, nunca se dijo a la población como fue que realizaron dicha detención de las dos personas que supuestamente habían participado en dicho homicidio.
Pues resulta que dichas personas detenidas no fueron puestas a disposición de la Fiscalía de Homicidios, sino de la Fiscalía de Narcomenudeo, ¿y ello por qué?, pues resulta ser que contamos en la Ciudad de México con súper policías que visten de civil y viajan en patrullas sin balizar, de color blanco, como sentras o versas, y dicen realizar operativos de disuasión del delito, pero lo realizan sin orden alguna, es más, sin que exista denuncia ciudadana y siempre obtienen resultados, realizando detenciones de personas, regularmente observan a distancias de seis metros que dos o tres personas están realizando actos de comercio, percatándose que intercambian bolsitas con contenido vegetal verde, y por su amplia experiencia advierten que se trata de narcótico por lo que proceden a acercarse y observan como realizan intercambio entre la bolsita y billetes de color verde al parecer de doscientos pesos, por lo que en ese acto proceden a asegurar a las personas, aparte cabe mencionar que dichos súper policías cuentan con mochilas tácticas donde traen formatos de cartas de derechos, bolsas para embalar, guantes, entre otros objetos para desempeñar sus labores, y que una vez que proceden a leerles sus derechos, los trasladan a la agencia respectiva, que es la de Narcomenudeo. Esto que he referido fue lo mismo que ocurrió con las personas que supuestamente habrían sido detenidas por el homicidio que refirió el Secretario.
Sin embargo, hay testigos que señalan haber visto como llegaron diversos vehículos blancos sin balizar a un domicilio ubicado en la Colonia San Felipe, meterse a una Barberia, y con lujo de violencia llevarse al dueño de la misma, subiéndolo a uno de dichos vehículos y retirarse del lugar; lo que causa más extrañeza es que existía una cámara de C2 enfrente de dicho negocio, pero la misma estaba grabando el otro lado de la calle, por lo que no se registra nada en la misma. En audiencia solamente se vinculó a uno de los sujetos detenidos por el homicidio referido, mientras que ambos quedaron vinculados a proceso por el delito de contra la salud en su modalidad de venta de droga, quedando el procedimiento penal para demostrar que las cosas no fueron como lo narran los súper policías.
Probablemente muchos de ustedes sepan, pues no es algo nuevo, la forma de operar por parte de las autoridades capitalinas, siendo la de fabricar culpables para mostrar a la sociedad que están cumpliendo con su papel, acabando con la impunidad, pero la realidad es que esto genera que las puestas a disposición sean deficientes y culminen en libertades ante la autoridad judicial, aunado a que los elementos que participan en dichas detenciones son muchas veces denunciados por tortura. A pesar de ello, este tipo de acciones son el pan de cada día, generando una inseguridad para los ciudadanos, pues nos hacen pensar que cualquiera de nosotros podríamos ser blanco de uno de estos operativos y terminar detenidos por un hecho que no cometimos; la pregunta aquí sería ¿Cómo evitar que sigan cometiéndose este tipo de prácticas? Que en pleno siglo de la tecnología sigue siendo algo común. Sugiero que debemos documentar todo, pues no estamos en tiempos de confiar y dejar que la autoridad aporte los datos de prueba que puedan establecer que los hechos no ocurrieron de la manera en que los elementos captores refieren, ya que cuando existen intereses de por medio, no existe prueba idónea que permita dar a conocer la verdad.
Como último punto, es interesante abordar el tema respecto a que, si un policía está facultado para encontrarse vestido de civil, sin portar identificación alguna, y realizar operativos sin que medie denuncia de por medio, u orden por escrito; ¿dónde queda la seguridad jurídica del ciudadano?, ¿será acaso que el gobierno de Claudia Sheinbaum está a favor de la fabricación de culpables?, pues el titular de la dependencia con índices importantes de torturados y elementos policiacos que abusan de su poder es el favorito de la administración capitalina. En fin, recordemos que, adicional a ello, se encuentra en transición para incorporar al sistema penitenciario a la Secretaria de Seguridad Ciudadana, dando mayor poder a dicha dependencia, veremos qué tal le pinta a la sociedad capitalina estos cambios.
Irving Regino
Abogado Penalista en la firma Regino Abogados, Profesor de la facultad de derecho de la UNAM de Derecho Procesal Penal y Teoría General del Proceso, Columnista en SDP Noticias, traduciendo términos jurídicos para no abogados
